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Jeremías 8:22 - Biblia Palabra de Dios para Todos

22 ¿Es que no hay medicina en Galaad? ¿Acaso no hay allí algún médico? ¿Por qué, entonces, no han sido sanadas las heridas de mi pueblo?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 ¿No hay medicina en Galaad? ¿No hay un médico allí? ¿Por qué no hay sanidad para las heridas de mi pueblo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 ¿No hay, acaso, bálsamo en Galaad ni queda allí ningún médico? ¿Cómo es, pues, que no mejora la salud de la hija de mi pueblo?

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay médicos allí? ¿Por qué, entonces, no se cierran las heridas de la hija de mi pueblo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 ¿No hay bálsamo en Galaad, o no hay allí un médico? ¿Por qué, entonces, no se cierra la herida de la hija de mi pueblo?

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Jeremías 8:22
17 Referans Kwoze  

Luego los hermanos se sentaron a comer y vieron un grupo de ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos cargaban aromas, bálsamo y mirra. Iban camino a Egipto.


Luego Israel, el papá, les dijo: —Si así es como debe ser, entonces hagan esto: tomen de los mejores productos de nuestra tierra, empáquenlos en sus costales y llévenselos de regalo a ese hombre. Empaquen un bálsamo, miel, perfume, mirra, pistachos y almendras.


¿Has rechazado por completo a Judá? ¿Has despreciado a Sion? ¿Por qué nos heriste sin remedio? Esperábamos tener paz, pero nada bueno ocurre. Esperábamos el momento de sanar, pero solo llegó terror.


Esto dice el SEÑOR sobre el palacio del rey de Judá: «Tú eres para mí como Galaad, como la cumbre del Líbano, pero prometo que te convertiré en un desierto. Tus ciudades quedarán sin habitantes.


»Virginal hija de Egipto, sube a Galaad y consigue bálsamo. Pero en vano multiplicas las medicinas, pues tú no vas a sanar.


Pero Babilonia caerá de repente y quedará hecha pedazos. Lloren por ella. Traigan bálsamo para su dolor, tal vez se cure.


Como un manantial mantiene frescas sus aguas, así Jerusalén mantiene frescas sus maldades. Dentro de Jerusalén se oye violencia y destrucción, dolor y enfermedad es lo que veo todo el tiempo.


Quisiera que mi cabeza fuera un manantial y mis ojos se convirtieran en una fuente de lágrimas. Así podría llorar día y noche por todos los muertos de mi pueblo.


»Convertiré a la ciudad de Jerusalén en un montón de ruinas. Será una guarida de chacales. Dejaré convertidas en un desierto a las ciudades de Judá, y se quedarán sin habitantes».


¿Qué te puedo decir? ¿Con qué te puedo comparar, hija de Sion? ¿Con qué te puedo comparar para traerte consuelo, hija virgen de Sion? En verdad, tu ruina es tan inmensa como el mar. ¿Quién podrá curarte?


Judá e Israel intercambiaban tu mercancía por trigo de Minit, resina, miel, aceite y bálsamo.


Los descendientes de Rubén y Gad tenían mucho ganado y al ver la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, se dieron cuenta que era un buen sitio para la cría del ganado.


Había allí una mujer que llevaba doce años sufriendo de flujos de sangre. Había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno la había podido sanar.


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