Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 8:2 - Biblia Palabra de Dios para Todos

2 Los dejarán expuestos al sol, la luna y las estrellas, a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. Nadie recogerá esos huesos para enterrarlos, así que quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esparcirá los huesos sobre la tierra ante el sol, la luna y las estrellas: los dioses que mi pueblo ha amado, servido y rendido culto. Sus huesos no serán recogidos nuevamente ni enterrados, sino que serán esparcidos sobre la tierra como si fueran estiércol.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Los expondrán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, a quienes siguieron, consultaron y adoraron. No serán recogidos para ser enterrados de nuevo, sino que quedarán como abono por el suelo.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 y los esparcirán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército de los cielos, a quienes aman y rinden culto, a quienes siguen y consultan, y ante quienes se postran. No serán recogidos ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y los dispersarán ante el sol y la luna y ante todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, tras de los cuales anduvieron, a quienes consultaron y adoraron. No serán recogidos ni enterrados; servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 8:2
32 Referans Kwoze  

La gente abandonó todos los mandamientos del SEÑOR su Dios. Se hicieron dos imágenes de becerros y un poste de Aserá, adoraron todas las estrellas del cielo y sirvieron a Baal.


Manasés construyó de nuevo los santuarios sobre las colinas que su papá Ezequías había destruido. También construyó altares para Baal e hizo un poste de Aserá, tal como había hecho Acab, rey de Israel. Manasés adoró y sirvió a las estrellas del cielo,


Manasés construyó altares para las estrellas del cielo en el atrio del templo del SEÑOR,


Después destituyó de sus puestos a los sacerdotes que los reyes de Judá habían nombrado para ofrecer sacrificios quemados en los santuarios de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén y también a los que quemaban incienso en honor a Baal, el sol, la luna, las constelaciones y todas las estrellas del cielo. Josías puso fin a todo eso.


Pero se apoderará de ellos un gran terror que nunca antes habían sentido. Porque Dios dispersó los huesos de los que te tenían rodeado. Tú los pusiste en ridículo, porque Dios los rechazó.


Tú los destruiste en Endor y sus cuerpos se pudrieron en el suelo.


Trata a sus nobles como trataste a Oreb y a Zeb; haz con todos sus líderes lo que hiciste con Zeba y con Zalmuna,


Puede que haya quien viva 100 años y tenga 100 hijos, pero si no es feliz y nadie se va a acordar de él cuando muera, yo creo que le fue mucho mejor al que murió al nacer que a ese.


Y el pueblo a quien ellos le profetizaban será arrojado a las calles de Jerusalén y morirá por el hambre y por la guerra; y no habrá quien los entierre ni a ellos ni a sus mujeres ni a sus hijos ni a sus hijas. Haré recaer sobre ellos su propia maldad.


Tú les dirás: “Esto dice el SEÑOR: Es porque sus antepasados me abandonaron, siguieron a otros dioses, les sirvieron y los adoraron. Me abandonaron y no obedecieron mi ley.


«Ellos morirán de muchas enfermedades y no habrá nadie que los llore ni nadie que los entierre. Serán como estiércol sobre la tierra. Morirán en la guerra y morirán de hambre. Sus cuerpos serán comida de las aves del cielo y de los animales de la tierra».


Grandes y pequeños morirán en esta tierra. Nadie los enterrará ni llorará por ellos; nadie se herirá en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.


Las casas de Jerusalén y las de los reyes de Judá se volverán impuras como Tofet, por todas las casas donde ofrecieron ofrendas en las azoteas para adorar a todas las estrellas y donde ofrecieron ofrendas de vino a otros dioses”».


Lo enterrarán como a un burro; lo arrastrarán y lo echarán fuera de las puertas de Jerusalén.


En ese momento los que el SEÑOR haya matado quedarán tendidos de un extremo a otro de la tierra. Nadie hará duelo por ellos ni los enterrará; quedarán tirados como estiércol sobre la faz de la tierra.


El valle entero donde ahora se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos que se extienden hasta el arroyo de Cedrón y hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, serán tierra consagrada al SEÑOR. Nunca más será arrasada ni destruida la ciudad».


Por eso el SEÑOR dice sobre Joacim, rey de Judá: “Ninguno de sus descendientes ocupará el trono de David, su cadáver será arrojado y quedará expuesto al calor y a las heladas de la noche.


Mujeres, escuchen el mensaje del SEÑOR; pongan atención a las palabras de su boca: Enséñenles a sus hijas cómo lamentarse, que cada una le enseñe a su vecina este canto fúnebre:


«La muerte se metió por nuestras ventanas y entró en nuestros palacios para matar a nuestros hijos en las calles y a los jóvenes en las plazas».


Esto dice el SEÑOR: «Los cadáveres caerán como estiércol sobre los campos, como granos que caen cuando pasa el segador, y no habrá nadie que los recoja».


Luego te echaré al desierto a ti y a todos los peces del río. Caerán en tierra árida y tus huesos no serán sepultados. Serás alimento para los animales salvajes y los buitres.


Pues en el campo abierto es donde caerás muerto en batalla, porque yo lo he dicho. Es lo que afirma el Señor DIOS.


Arrojaré los cadáveres de los israelitas ante sus dioses repugnantes y esparciré sus huesos por sus altares.


Entonces me llevó al patio interior del templo del SEÑOR. En la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, había 25 hombres adorando al sol, de espaldas al templo del SEÑOR y mirando al oriente.


«Le haré la vida tan difícil a esa gente que caerán por todos lados como ciegos. Ellos pecaron contra el SEÑOR, por eso se derramará su sangre y esta cubrirá el suelo como polvo. Sus cuerpos quedarán regados por el piso como excrementos de animal.


a los que se arrodillan en las azoteas a adorar las estrellas del cielo, a los que adoran al SEÑOR, pero también juran por el dios Moloc,


Pero Dios los abandonó y los dejó adorar el ejército de dioses falsos del cielo. Como dice en el libro de los profetas: “Pueblo de Israel, durante 40 años ustedes no me trajeron ofrendas ni me ofrecieron sacrificios en el desierto.


Hace algo que yo he prohibido, como adorar a otros dioses, al sol, a la luna o a las estrellas.


También sean cuidadosos, cuando miren al cielo y vean el sol, la luna y las estrellas, y se sientan tentados a adorarlos y servirles. El SEÑOR su Dios les asignó esos astros a todas las demás naciones del mundo,


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite