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Jeremías 8:19 - Biblia Palabra de Dios para Todos

19 Escucho el lamento de mi pueblo que desde tierras lejanas dice: «¿Ya no está en Sion el SEÑOR? ¿Ya no está allí el rey de Sion?» Pero él responde: «¿Por qué provocaron mi ira con sus ídolos inútiles y extranjeros?»

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Biblia Reina Valera 1960

19 He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Escuchen el llanto de mi pueblo; puede oírse por toda la tierra. «¿Acaso ha abandonado el Señor a Jerusalén? —pregunta la gente—. ¿No está más su Rey allí?». «Oh, ¿por qué han provocado mi enojo con sus ídolos tallados y sus despreciables dioses ajenos?», pregunta el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 El grito de angustia de la hija de mi pueblo se siente a lo largo de todo el país: '¿Ya no está Yavé en Sión?, ¿su Rey ya no está allí?' '¿Por qué me han irritado con sus ídolos, con esas cosas extranjeras, que nada son?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Al oír el lamento de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana: ¿No está YHVH en Sión? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me habéis provocado con imágenes esculpidas, Con vanidades extrañas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ¡Mira! ¡Oye! Gritos de socorro de la hija de mi pueblo, por todo el país a la redonda: ¿no está Yahveh en Sión, no está en ella su rey? ¿Por qué me han irritado con sus estatuas, con los ídolos del extranjero?

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Jeremías 8:19
35 Referans Kwoze  

Bendito sea el SEÑOR desde Sion, el que vive en Jerusalén. ¡Aleluya!


Nos sentábamos junto a los ríos de Babilonia y llorábamos acordándonos de Sion.


El SEÑOR reinará eternamente. Sion, tu Dios reinará de generación en generación. ¡Aleluya!


Israel, alégrate por tu Creador. Habitantes de Sion, alégrense con su Rey.


Rechazo a los que adoran ídolos falsos; yo confío en el SEÑOR.


¡Llora por nación tan pecadora, por un pueblo tan perverso camino a la muerte! Generación mala, hijos depravados como mala semilla. Han dejado al SEÑOR. Le han faltado al respeto al Santo de Israel y se han apartado de él.


Grita y canta de alegría, habitante de Sion porque es grande el Santo de Israel que está contigo».


Viene un ejército de tierras lejanas. Desde más allá del horizonte, viene furioso el SEÑOR, con armas malditas a destruir el país.


Porque el SEÑOR será nuestro gobernante; el SEÑOR será nuestro juez. El SEÑOR será nuestro Rey; él nos salvará.


Entonces vino el profeta Isaías a Ezequías y le dijo: —¿Qué dijeron estos hombres y de dónde vinieron? Ezequías le respondió: —Ellos vinieron de muy lejos, de Babilonia. Luego Isaías le dijo:


¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de fuerza, Sion, ponte tus lindos vestidos, Jerusalén, ciudad santa. Porque ya no serás ocupada por los incircuncisos e impuros.


no valen nada, son ridículas; les llegará su hora y serán destruidas.


¿Has rechazado por completo a Judá? ¿Has despreciado a Sion? ¿Por qué nos heriste sin remedio? Esperábamos tener paz, pero nada bueno ocurre. Esperábamos el momento de sanar, pero solo llegó terror.


¿Por qué pareces como tomado por sorpresa, como un guerrero incapaz de ayudar? SEÑOR, tú estás aquí con nosotros, se nos conoce como tu pueblo, así que no nos abandones.


Esto dice el SEÑOR: «¿Qué vieron de malo en mí sus antepasados para que se alejaran de mí? Ellos se fueron a adorar lo que no valía nada y terminaron ellos mismos valiendo nada.


porque ellos les profetizan mentiras con el fin de que ustedes se alejen de su país y yo los destierre y mueran.


Llegará el día en que los centinelas gritarán en los montes de Efraín: “¡Vengan y subamos a Sion para adorar al SEÑOR nuestro Dios!”»


Desde que eran jóvenes, los pueblos de Israel y Judá han hecho el mal delante de mí. El pueblo de Israel no ha cesado de provocar mi ira con los ídolos que fabrica con sus manos, dice el SEÑOR.


Pero en realidad no es a mí a quien ellos están ofendiendo, sino a sí mismos para su propia vergüenza. Lo dice el SEÑOR».


Y el pueblo dice: «Pasó la época de la cosecha, se terminó el verano, y no hemos sido salvados».


Los dispersaré por otras naciones; vivirán en naciones extrañas que ellos ni sus padres conocieron antes. Enviaré tras ellos la espada hasta que acabe con ellos».


El perímetro de la ciudad es de 9000 metros. »Desde entonces, el nombre de la ciudad será: “Aquí habita el SEÑOR”».


Y todo el que confíe en el SEÑOR será salvo. Habrá refugio en el monte Sion y en Jerusalén, como ha dicho el SEÑOR. Entre los sobrevivientes estarán los llamados por el SEÑOR.


No perdonaré a quienes derramaron la sangre de mi pueblo; no quedarán sin castigo». Y el SEÑOR habitará en Sion para siempre.


»Pero el monte Sion será un lugar santo donde estarán los que se salvaron. Los descendientes de Jacob recobrarán sus posesiones.


Jerusalén, ¿por qué lloras tanto? ¿Acaso no tienes un rey? ¿Acaso ha desaparecido tu líder? Tu angustia es tan inmensa como la de una mujer que da a luz.


El SEÑOR te ha perdonado; ha alejado a tus enemigos. El Rey de Israel, el SEÑOR, está dentro de ti. Así que ya no tendrás miedo del sufrimiento.


Levantaré mi mano contra ellas y sus mismos esclavos las saquearán». Entonces sabrás que el SEÑOR Todopoderoso me ha enviado.


—Señores, ¿qué es lo que están haciendo? ¡Somos seres humanos como cualquiera de ustedes! Estamos aquí para anunciarles la buena noticia de salvación, para que se alejen de lo que no vale la pena y se acerquen a un Dios viviente. Él creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


En ese momento me enojaré con ellos y los abandonaré, me ocultaré de ellos, serán destruidos y caerán sobre ellos muchos desastres y dificultades. En ese momento ellos dirán: “Estos desastres sucedieron porque nuestro Dios no estaba con nosotros”.


»Escribe esto al ángel de la iglesia de Éfeso: »Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y que camina entre los siete candelabros de oro:


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