7 «¿Por qué tengo que perdonarte? Tus hijos me han abandonado y juran por dioses que no existen. Les di todo lo que necesitaban, pero ellos me fueron infieles. Todos en tropel se fueron a la casa de las prostitutas.
7 ¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.
7 «¿Cómo puedo perdonarte? Pues aun tus hijos se han alejado de mí. ¡Ellos juraron por dioses que no son dioses en absoluto! Alimenté a mi pueblo hasta que estuvo satisfecho; pero su manera de darme las gracias fue cometer adulterio y hacer fila en los prostíbulos.
7 ¿Cómo te voy a perdonar? Tus hijos me han abandonado tomando por Dios a los que no lo son. Cuando cuidaba que nada les faltara, ellos se entregaron al adulterio. Juntos acudían a la casa de las prostitutas.
7 ¿Cómo podré perdonarte esto? Tus hijos me han abandonado, Y juran por lo que no es Dios. Los sacié, y cometen adulterio acudiendo en tropel a casa de la ramera.
7 ¿Por qué tendría que perdonarte? Tus hijos me abandonaron y juraron por los que no son dioses. Cuando los saciaba, ellos cometían adulterio y a la casa de las prostitutas iban en tropel.
¿Acaso no expulsaron a los sacerdotes del SEÑOR, a los descendientes de Aarón y a los levitas? ¿Acaso no nombraron a sus propios sacerdotes como hacen los pueblos paganos? ¿No es verdad que consagran como sacerdote de los que no son dioses a cualquiera que tenga para pagar el precio de un becerro y siete carneros?
Y si de verdad aprenden la religión de mi pueblo, juran en mi nombre y dicen: “Por la vida del SEÑOR”, así como antes le enseñaron a mi pueblo a jurar fidelidad a Baal, entonces les permitiré vivir entre mi pueblo.
Yo lo he visto todo, tus infidelidades, tus relinchos, la vergüenza de tu prostitución en las colinas y tus horribles pecados en los campos. ¡Pobre de ti, Jerusalén! ¿Cuánto tiempo seguirás siendo impura?»
Tú les dirás: “Esto dice el SEÑOR: Es porque sus antepasados me abandonaron, siguieron a otros dioses, les sirvieron y los adoraron. Me abandonaron y no obedecieron mi ley.
que una nación haya cambiado de dioses, y eso que sus dioses ni siquiera son verdaderos. En cambio, mi pueblo ha cambiado la gloria de Dios por ídolos que no sirven para nada.
Y ustedes, los de esta generación, presten atención a lo que les dice el SEÑOR: ¿Acaso he sido como un desierto para Israel? ¿He sido como una tierra oscura y peligrosa para ellos? Entonces, ¿por qué dices, pueblo mío: “Somos libres, nunca más volveremos a ti”?
La tierra está llena de adúlteros. Por culpa de sus pecados, la tierra se ha secado. Las praderas están secas y se han convertido en un desierto. Los profetas son perversos y se apartan para hacer el mal.
»Yo me dije a mí mismo: “Los trataré como a mis hijos, les daré una tierra agradable, la tierra más apreciada entre todas las naciones”. Pensé que tú me llamarías “Padre mío” y que nunca me abandonarías,
y también se dio cuenta de que por todos los pecados sexuales que cometió Israel, yo la envié lejos y me separé de ella. Sin embargo, Judá no tuvo temor alguno y también fue a prostituirse.
Quisiera que mi cabeza fuera un manantial y mis ojos se convirtieran en una fuente de lágrimas. Así podría llorar día y noche por todos los muertos de mi pueblo.
Los hombres hacen cosas detestables con las mujeres de sus vecinos. Los hombres deshonran con lascivia a sus propias nueras. Violan a sus hermanas, ¡a las hijas de su mismo papá!
»Efraín, no te puedo abandonar. Israel, no puedo ponerte en manos de tus enemigos. No te puedo abandonar como a Admá. No te puedo hacer lo mismo que a Zeboyín. He cambiado de opinión; mi compasión es muy grande.
Todos ellos están listos para cometer adulterio. Son como el horno de un panadero que cada vez se calienta más. El panadero solo deja de calentar el horno para amasar y dejar crecer la masa.
Todos los que han jurado por el pecado de Samaria y que han dicho: “Juramos por la existencia del dios de Dan”, “juramos por la existencia del dios de Berseba”; todos ellos caerán y no se levantarán jamás».
«Yo los acusaré a ustedes en juicio y daré mi rápido testimonio en contra de quienes practican la brujería, los que cometen adulterio, los que mienten en los tribunales, los que les roban su salario a los trabajadores, los que explotan a las viudas y a los huérfanos, y los que violan los derechos de los inmigrantes. Toda esa gente que me falta al respeto». Lo dice el SEÑOR Todopoderoso.
¿O acaso no saben que los que hacen el mal no van a tener parte en el reino de Dios? No se engañen a ustedes mismos. Ni los que practican el pecado sexual, ni los adoradores de ídolos, ni los que cometen adulterio, ni los hombres que no controlan su deseo sexual, ni los que abusan a otros hombres sexualmente,
Ellos me hicieron dar celos con un dios que no es Dios; con sus dioses sin valor me hicieron enojar. Entonces yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo; con una nación sin valor los haré enojar.
Respeten el matrimonio manteniendo pura su relación de pareja. Tengan muy en cuenta que Dios castigará duramente a los que cometen adulterio y a los que practiquen inmoralidades sexuales.
No tengan nada que ver con estas naciones que quedan con ustedes, ni mencionen el nombre de sus dioses, ni juren por ellos, ni les sirvan, ni les hagan reverencia.