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Jeremías 4:24 - Biblia Palabra de Dios para Todos

24 Miré las montañas y estaban temblando; todas las colinas se estremecían.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Miré a las montañas y colinas que temblaban y se agitaban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Miré a los montes, y temblaban; a los cerros, y se sacudían.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Miré los montes, y he aquí temblaban, Y todos los collados se estremecían.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Miré a los montes, y ¡ay! estaban temblando, y todos los collados se estremecían.

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Jeremías 4:24
19 Referans Kwoze  

Entonces el Señor le dijo: —Ve, y ponte de pie delante del monte ante el SEÑOR y yo pasaré delante de ti. Entonces pasó el SEÑOR y sopló un viento tan fuerte que rompió una parte del monte y desprendió grandes piedras delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto, pero el SEÑOR tampoco estaba en el terremoto.


Entonces la tierra tembló y se tambaleó; las bases de las montañas se estremecieron. La tierra tembló y retumbó porque Dios estaba furioso.


Retumbó el trueno de tu voz en el tornado y tus rayos iluminaron todo; la tierra entera se sacudió y tembló.


Su luz se ve en el cielo y tiembla la tierra al verla.


El monte Sinaí estaba totalmente cubierto de humo porque el SEÑOR había bajado sobre él entre el fuego. El humo subía como de un horno y todo el monte temblaba.


Por tanto, haré que los cielos se estremezcan y la tierra sea removida de su lugar por causa de la ira del SEÑOR Todopoderoso en el día de su ardiente enojo.


La tierra se tambalea como un borracho y se desploma como una choza. Su rebelión la agobia, la derriba y no la deja volver a levantarse.


Por eso el SEÑOR se enfureció con su pueblo y levantó su mano para castigarlos. Las montañas temblaron y los cadáveres quedaron regados en las calles como basura. Aun así no disminuyó su ira y su brazo sigue levantado.


Pero el SEÑOR es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra; las naciones no pueden hacer frente a su ira.


Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; la tierra tiembla cuando relinchan. Vienen a destruir el país y todo lo que hay en él. Vienen a destruir cada ciudad y a todos sus habitantes.


«Lloraré y gemiré por los montes; entonaré una canción fúnebre por las praderas del desierto, porque están tan desoladas que ya nadie pasa por ellas. Ya no se oye el mugido del ganado; los pájaros se han ido lejos, los animales han huido.


Temblará ante mí los peces del mar y las aves del cielo, los animales del campo y los reptiles que se arrastran en la tierra y toda la gente en la faz de la tierra. Se derrumbarán las montañas, se caerán las pendientes y se vendrán abajo todos los muros.


Las montañas se derretirán a sus pies como cera junto al fuego. Los valles se abrirán y serán como agua que corre quebrada abajo.


Las montañas te vieron y temblaron de angustia. Espesas nubes desataron la tormenta sobre la tierra. Las profundidades del mar rugieron y se levantaron para inundar la tierra.


La tierra tembló cuando él se puso de pie. Con una sola mirada de él, todas las naciones temblaron de miedo. Las montañas más antiguas han sido destruidas; las viejas colinas se han derrumbado. Él anda por sus sendas antiguas.


El cielo desapareció como un pergamino que se enrolla y todas las montañas e islas se movieron de su lugar.


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