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Jeremías 37:3 - Biblia Palabra de Dios para Todos

3 Sin embargo, el rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías y a Sofonías hijo del sacerdote Maseías al profeta Jeremías con el siguiente mensaje: «Ora por nosotros al SEÑOR, nuestro Dios».

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 No obstante, el rey Sedequías envió a Jehucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías, a pedirle a Jeremías: «Por favor, ora por nosotros al Señor, nuestro Dios».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El rey Sedecías ordenó a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maseías, que fueran donde el profeta Jeremías con este recado: 'Ruega por nosotros a Yavé, nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 El rey Sedequías envió a Jucal ben Selemías y a Sofonías ben Maasías, el sacerdote, para que dijeran al profeta Jeremías: Te ruego que ores por nosotros a YHVH nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El rey Sedecías envió a Yucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: 'Ruega por nosotros a Yahveh, nuestro Dios'.

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Jeremías 37:3
20 Referans Kwoze  

Entonces el rey Jeroboán dijo al hombre de Dios: —Por favor, ora por mí al SEÑOR tu Dios para que me sane el brazo. Así que el hombre de Dios oró al SEÑOR, y se sanó el brazo del rey, volviendo a ser como era antes.


Por favor, perdónenme esta vez y pídanle al SEÑOR que se lleve esta plaga mortal.


Entonces el faraón dijo: —Los dejaré libres para que puedan ofrecerle sacrificios a su Dios el SEÑOR en el desierto, pero no se vayan muy lejos. ¡Ahora vayan y oren por mí!


Luego el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: —Oren para que el SEÑOR saque esas ranas de mí y de mi pueblo. Solo así voy a dejar que el pueblo vaya a ofrecerle sacrificios al SEÑOR.


Pídanle al SEÑOR que detenga el granizo y los truenos, pues los voy a dejar ir, ya no tienen que quedarse más aquí.


Ciertamente SEÑOR, yo te he servido muy bien. En tiempos de sufrimiento y dificultades, te he rogado por mis enemigos.


Es que a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”; y a una piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dieron la espalda, no me dan la cara; pero cuando estaban sufriendo me dijeron: “Levántate y sálvanos”.


Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, quienes en mi nombre les profetizan mentiras a ustedes: «Voy a entregarlos a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Él los matará frente a ustedes.


«Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Tú has enviado una carta en tu nombre a todo el pueblo de Jerusalén y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los demás sacerdotes, diciendo:


El rey Sedequías mandó traer a Jeremías y lo interrogó en secreto en el palacio, diciendo: —¿Tienes algún mensaje del SEÑOR? Y Jeremías respondió: —Sí, sí tengo. Este es el mensaje: “Caerás en manos del rey de Babilonia”.


Esto dice el SEÑOR Dios de Israel: «Díganle al rey de Judá que los mandó a consultarme: “El ejército del faraón que salió para ayudarlos se va a regresar a Egipto


Sefatías hijo de Matán, Guedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, oyeron que Jeremías le decía a todo el pueblo:


Los oficiales del ejército, Johanán hijo de Carea y Azarías hijo de Osaías, se acercaron junto con todo el pueblo, grandes y chicos,


Ustedes mismos cometieron un error fatal cuando me enviaron al SEÑOR, Dios de ustedes, diciendo: “Ruega por nosotros al SEÑOR nuestro Dios, y dinos exactamente lo que diga el SEÑOR nuestro Dios, y nosotros lo haremos”.


El comandante de la guardia tomó presos a Seraías, el sumo sacerdote, a Sofonías, segundo sacerdote, y a los tres porteros del templo.


El pueblo se acercó a Moisés y le dijo: —Hemos pecado al hablar mal del SEÑOR y de ti. Pídele al SEÑOR que aparte las serpientes de nosotros. Entonces Moisés oró por el pueblo,


Entonces Simón contestó: —Pidan por mí al Señor, para que no me pase nada de lo que ustedes han dicho.


Todos le decían a Samuel: —Pide al SEÑOR tu Dios por nosotros tus siervos. ¡No nos dejes morir! Hemos pecado mucho y ahora hemos pecado aun más al pedir un rey.


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