14 No escuchéis, pues, las palabras de los profetas que os dicen: 'No tendréis que servir al rey de Babilonia'. Porque os están profetizando una mentira;
Entonces el SEÑOR me dijo: «Los profetas están profetizando mentiras en mi nombre. Yo no los envié ni les he dado ninguna orden. Es que ni siquiera les he hablado. Lo que les están profetizando a ustedes son visiones falsas, mensajes sobre el futuro que no valen nada e inventos de su propia imaginación.
»Yo he oído lo que dicen esos profetas. He escuchado las mentiras que profetizan en mi nombre. Ellos dicen: “¡He tenido un sueño! ¡He tenido un sueño!”
Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Jananías: —Escúchame, Jananías. El SEÑOR no te ha enviado y tú le has dado a este pueblo falsas esperanzas.
Todas las mujeres que permanezcan en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los oficiales del rey de Babilonia, y dirán: “Tus mejores amigos te convencieron y te llevaron por el camino equivocado. Tienes los pies hundidos en el lodo y tus aliados te dieron la espalda”.
Tus profetas te contaron sus visiones, pero esas visiones eran falsas y sin valor. Ellos no trataron de mejorar tu destino advirtiéndote de tus crímenes. Por el contrario, te contaron sus profecías con palabras vacías y falsas.
Hay quienes dicen que las imágenes a las que adoran les dan mensajes. ¡Eso es absurdo! Las visiones de las que hablan los adivinos son una mentira. Los que interpretan los sueños dicen tonterías; el consuelo que dan es un engaño. Por eso los habitantes de Judá son como ovejas que vagan lejos de su hogar y que sufren porque no tienen pastor.
Estimados hermanos, actualmente hay muchos falsos profetas en el mundo. Por eso, no le crean a todo el que dice estar inspirado por el Espíritu. Mejor pongan a prueba a todo que dice ser profeta para comprobar si viene de Dios.