»Salomón, hijo mío, a ti te pido que reconozcas la autoridad del Dios de tu papá. Te pido que siempre le sirvas con un corazón puro y un espíritu entusiasta, porque el SEÑOR siempre mira el corazón y conoce todos los pensamientos de los hombres. Si lo buscas, él dejará que lo encuentres. Pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre.
Entonces él fue a ver a Asá y le dijo: «¡Escúchame, Asá y todo Judá y Benjamín! El SEÑOR está con ustedes si ustedes siguen estando con él. Si lo buscan, lo encontrarán, pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.
¡Llora por nación tan pecadora, por un pueblo tan perverso camino a la muerte! Generación mala, hijos depravados como mala semilla. Han dejado al SEÑOR. Le han faltado al respeto al Santo de Israel y se han apartado de él.
Nos hemos rebelado, hemos sido desleales con el SEÑOR y le dimos la espalda a nuestro Dios. Hemos hablado de opresión y rebelión, planeamos engaños y desde nuestra mente los expresamos.
Porque ellos me han abandonado transformando este lugar. Han quemado incienso para otros dioses que ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá conocían. Han llenado este lugar con la sangre de gente inocente.
»Mi pueblo ha cometido dos pecados en mi contra: Me ha abandonado a mí, fuente de agua viva, y luego ha cavado sus propias cisternas; pero esas cisternas están rotas y no pueden darles agua.
Tu propia maldad recaerá sobre ti y tu rebeldía te dará una lección. Así verás y entenderás lo malo y amargo que es abandonar al SEÑOR tu Dios, y no respetarme como deberías. Es la decisión del Señor DIOS Todopoderoso.
Todo esto fue debido a la maldad que cometieron, pues provocaron mi enojo al adorar y quemar incienso a otros dioses que ni ellos, ni ustedes ni sus antepasados conocieron.
Todo esto sucederá por culpa de la rebelión de Jacob y de los pecados de la nación de Israel. ¿Cuál fue la rebelión de Jacob? ¿Acaso no es Samaria? ¿Dónde practican la idolatría en Judá? ¿Acaso no es en Jerusalén?