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Jeremías 14:16 - Biblia Palabra de Dios para Todos

16 Y el pueblo a quien ellos le profetizaban será arrojado a las calles de Jerusalén y morirá por el hambre y por la guerra; y no habrá quien los entierre ni a ellos ni a sus mujeres ni a sus hijos ni a sus hijas. Haré recaer sobre ellos su propia maldad.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y el pueblo a quien profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 En cuanto a aquellos a quienes profetizan, sus cadáveres serán arrojados en las calles de Jerusalén, víctimas del hambre y de la guerra. No quedará nadie para enterrarlos. Se habrán ido todos: esposos, esposas, hijos e hijas. Pues derramaré sobre ellos su propia maldad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 En cuanto a la gente a quien profetizaban, quedará tirada por las calles de Jerusalén, víctima del hambre y de la espada; pues no habrá nadie para enterrarla, ni a sus mujeres, ni a sus hijos e hijas. Haré recaer sobre ella misma su maldad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 y el pueblo a quien ellos profetizan yacerá por las calles de Jerusalem a causa del hambre y la espada, y no habrá quien los sepulte, ni a ellos ni a sus mujeres ni a sus hijos ni a sus hijas, pues sobre ellos derramaré sus maldades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 y la gente a la que han profetizado yacerá tirada por las calles de Jerusalén a consecuencia del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. Así volcaré sobre ellos su iniquidad'.

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Jeremías 14:16
23 Referans Kwoze  

así que tendrán que comer del fruto de sus acciones y quedar hartos de sus propias maquinaciones.


Tus hijos están débiles, están tirados en las esquinas de las calles, como antílope en una red. Están llenos de la ira del SEÑOR, de la amenaza de tu Dios.


Los dirigentes del pueblo lo extraviaban, confundían a sus seguidores.


«Ellos morirán de muchas enfermedades y no habrá nadie que los llore ni nadie que los entierre. Serán como estiércol sobre la tierra. Morirán en la guerra y morirán de hambre. Sus cuerpos serán comida de las aves del cielo y de los animales de la tierra».


Pues entonces haz ahora que sus hijos se mueran de hambre o que los maten en la guerra. Haz que sus mujeres queden viudas y sin hijos; que sus esposos sean asesinados y sus jóvenes mueran en batalla.


Y tú, Pasur, irás prisionero a Babilonia junto con todos tus seres queridos. Allí morirás y te enterrarán a ti y a todos tus amigos, a quienes les profetizabas falsedades”».


Yo no envié a esos profetas, dice el SEÑOR, y sin embargo están anunciando mensajes en mi nombre. Eso hará que yo los destierre a ustedes y mueran tanto ustedes como esos profetas».


»Todo esto te pasa por tu mala conducta y por el mal que hiciste. Este es tu castigo, castigo cruel que lastima tu corazón».


Los profetas dicen mensajes falsos y los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y así es que le gusta a mi pueblo! Pero ¿qué harán ustedes cuando esto llegue a su fin?


Entonces los cadáveres de este pueblo servirán de alimento a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, sin que haya quién las espante.


»”El SEÑOR dice: En ese momento sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes y de los gobernantes, de los sacerdotes y de los profetas, y de los habitantes de Jerusalén.


Los dejarán expuestos al sol, la luna y las estrellas, a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. Nadie recogerá esos huesos para enterrarlos, así que quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra.


Mujeres, escuchen el mensaje del SEÑOR; pongan atención a las palabras de su boca: Enséñenles a sus hijas cómo lamentarse, que cada una le enseñe a su vecina este canto fúnebre:


Esto dice el SEÑOR: «Los cadáveres caerán como estiércol sobre los campos, como granos que caen cuando pasa el segador, y no habrá nadie que los recoja».


Habrá un grupo de hombres cuyo trabajo será separar a los muertos que todavía estaban en el suelo. Estos hombres sepultarán a los muertos que todavía estén en el suelo para purificar la tierra. Al fin de siete meses, harán una inspección final del campo de batalla.


»Pues esto es lo que dice el SEÑOR: “Tu esposa será una prostituta de la ciudad, tus hijos e hijas morirán a espada. Tus tierras las tomarán extraños y se las repartirán entre ellos. Tú mismo terminarás muerto en tierra extranjera, y ciertamente la gente de Israel será desterrada”.


Así que déjenlos que se vayan. Ellos son ciegos que guían a otros ciegos y si un ciego es el guía de otro ciego, los dos se van a caer en un hoyo.


Luego, oí una fuerte voz que venía del templo y les decía a los siete ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios».


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