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Éxodo 3:1 - Biblia Palabra de Dios para Todos

1 Jetro, el suegro de Moisés, era el sacerdote de Madián. Una vez Moisés estaba cuidando las ovejas de Jetro, las llevó hasta la parte occidental del desierto y llegó hasta Horeb, el monte de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cierto día Moisés se encontraba apacentando el rebaño de su suegro, Jetro, quien era sacerdote de Madián. Llevó el rebaño al corazón del desierto y llegó al Sinaí, el monte de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es, el Cerro de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Apacentaba Moisés el rebaño de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, y condujo el rebaño al extremo del desierto y llegó a Horeb,° monte de ’Elohim.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Apacentaba Moisés el rebaño de Yetró, su suegro, sacerdote de Madián. Trashumando con el rebaño por el desierto, llegó hasta la montaña de Dios, Horeb.

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Éxodo 3:1
33 Referans Kwoze  

Así que Elías salió de ese lugar y fue a encontrar a Eliseo hijo de Safat. Eliseo estaba arando doce fanegadas de tierra y ya estaba por terminar cuando Elías se le acercó y le puso su manto.


Así que Elías se levantó, comió y bebió. La comida le dio suficientes fuerzas como para caminar 40 días y 40 noches hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.


Hicieron un becerro en el monte Horeb y se postraron ante una imagen de fundición.


Yo me voy a colocar frente a ti, sobre la roca que está en Horeb. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba el pueblo. Entonces Moisés hizo exactamente eso, frente a los ancianos.


Jetro, el suegro de Moisés, hizo ofrendas y sacrificios para honrar a Dios, y Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a comer frente a Dios con el suegro de Moisés.


Deben estar listos para el tercer día porque ese día, a la vista de todo el pueblo, el SEÑOR vendrá al monte Sinaí.


Viajaron desde Refidín hasta el desierto de Sinaí y acamparon en el desierto, frente al monte.


Moisés subió al monte y el SEÑOR le dijo: —Diles todo esto a los descendientes de Jacob, los israelitas:


El sacerdote de Madián tenía siete hijas que iban a ese pozo a buscar agua para llenar los bebederos de las ovejas de su papá.


Cuando volvieron a donde estaba Reuel, su papá, él les preguntó: —¿Por qué regresaron tan pronto hoy?


Moisés aceptó quedarse a vivir allí. Después Reuel le dio como esposa a su hija Séfora.


Entonces Moisés y su siervo Josué se levantaron. Moisés subió al monte de Dios,


Dios le respondió: —Irás porque yo estaré contigo. Esta será la señal de que yo te he enviado: cuando liberes de Egipto a mi pueblo, ustedes vendrán a adorarme en este monte.


Dios le dijo: —No te acerques más y quítate el calzado porque el suelo que estás pisando es sagrado.


Entonces el pueblo dejó de usar sus joyas a partir del monte Horeb.


Moisés fue a Jetro, su suegro y le dijo: —Por favor, déjame regresar a Egipto, pues quiero ir a mi pueblo para ver si todavía viven. Jetro le dijo a Moisés: —Vete en paz.


Mientras tanto, el SEÑOR le había dicho a Aarón: «Ve a encontrarte con Moisés en el desierto». Entonces Aarón fue a encontrarse con él en el monte de Dios y lo saludó con un beso en la mejilla.


Amós, un criador de ovejas de la ciudad de Tecoa, dio estos mensajes. En la época en que Uzías era rey de Judá y que Jeroboán hijo de Joás era rey de Israel, dos años antes del terremoto, Amós tuvo unas visiones acerca de Israel.


«Recuerden la ley que le di a mi siervo Moisés en el monte Sinaí. Esa ley contiene las leyes y reglas para todo Israel.


En una ocasión, Moisés le dijo a su suegro Hobab, hijo de Reuel el madianita: —Nos vamos al lugar que el SEÑOR dijo que nos daría. Ven con nosotros y te trataremos con generosidad porque el SEÑOR ha prometido ser generoso con los israelitas.


Entonces ellos se fueron de la montaña del SEÑOR y viajaron por tres días. El cofre del pacto del SEÑOR viajó frente a ellos esos tres días. Iban en busca de un sitio para acampar.


Cerca de ahí había algunos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando su rebaño.


»Después de 40 años, Moisés estaba en el desierto cerca del monte Sinaí cuando un ángel se le apareció en las llamas de un arbusto que ardía.


El viaje desde Horeb hasta Cades Barnea podría haber durado solo once días tomando el camino por el monte Seír,


El SEÑOR nuestro Dios nos habló así en el monte Horeb: «Ustedes ya han estado lo suficiente en este monte.


No olvides nunca lo que viste el día que te presentaste ante el SEÑOR tu Dios en el monte Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: «Reúne al pueblo ante mí, para que oigan lo que tengo que decirles y aprendan a obedecerme todos los días de su vida en la tierra, y para que les enseñen esto a sus hijos».


Héber el quenita se había apartado de los otros quenitas, que eran como él descendientes de Hobab, el suegro de Moisés, y había armado su campamento en Zanayin, cerca de Cedes.


Entonces Samuel le preguntó a Isaí: —¿No tienes más hijos? Isaí contestó: —Sí, tengo otro hijo, el menor, pero está cuidando el rebaño. Samuel dijo: —Manda a traerlo. No empezaremos a comer hasta que él llegue.


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