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Ester 3:1 - Biblia Palabra de Dios para Todos

1 Pasado algún tiempo, el rey Jerjes le concedió un ascenso a Amán hijo de Hamedata, el descendiente de Agag. El rey dio a Amán un cargo mucho más alto que el de cualquiera de los otros funcionarios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Después de estas cosas el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata agagueo, y lo honró, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Tiempo después, el rey Jerjes ascendió a Amán, hijo de Hamedata el agagueo, lo puso por encima de todos los demás nobles y lo convirtió en el funcionario más poderoso del imperio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Un tiempo después, el rey Asuero honró a Amán, hijo de Hamdata, de la raza de Agag, de un modo muy especial; lo puso al frente de todos los altos funcionarios, sus colegas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata, el agagueo, y lo ensalzó y estableció su autoridad por encima de todos los príncipes° que estaban con él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Después de estos sucesos, el rey Asuero encumbró a Amán, hijo de Hamdatá, del país de Agag, le ascendió de rango y puso su sitial por encima de todos los demás nobles.

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Ester 3:1
15 Referans Kwoze  

Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes. El faraón será el único con más poder que tú.


Cuando la comida empezó a escasear en toda la tierra de Egipto, la gente comenzó a implorar pan al faraón. El faraón les dijo: «Vayan a ver a José, hagan lo que él les diga».


Esdras, tú eres experto en la ley de Dios y por eso mis siete consejeros y yo te enviamos a Judá y a Jerusalén para ver cómo está obedeciendo tu pueblo la ley de Dios que se te ha confiado.


El rey les tenía mucha confianza a estos sabios. Sus nombres eran Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsená y Memucán. Ellos eran los siete jefes de Persia y de Media y podían entrar para ver al rey en cualquier momento. Eran los más altos funcionarios del reino.


Entonces el rey se quitó del dedo el anillo oficial y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag, enemigo de los judíos.


Comenzó a presumir de sus riquezas, de todos los hijos que tenía y de todas las formas en que el rey lo había honrado. Se sentía muy orgulloso diciendo que el rey lo había ascendido a una posición más alta que la de todos los otros funcionarios.


Y Ester respondió: —El hombre que está en contra nuestra, nuestro enemigo, es este malvado Amán. Amán se llenó de terror ante el rey y la reina.


Ester se acercó nuevamente al rey, cayó a sus pies y comenzó a llorar. Le rogó que interviniera por los judíos para evitar su destrucción conforme al malvado plan de Amán, el descendiente de Agag.


Los perversos están por todos lados, y los seres humanos alaban la maldad.


Cuando triunfan los justos, todo el mundo está feliz; cuando los perversos ganan, el pueblo se queja.


Le dan cargos importantes a gente incapaz, mientras que los sabios ocupan posiciones sin importancia.


Además eligió a tres ministros ante los cuales debían rendir cuentas los 120 gobernadores de las provincias. Daniel era uno de los tres ministros. El rey nombró a los ministros para que todo estuviera vigilado y no corriera ningún riesgo.


Los cántaros de los israelitas rebosarán de agua, sus semillas recibirán agua abundante. Su rey será más grande que Agag, y su reino será grandioso.


Pero Samuel le dijo a Agag: —Como con tu espada les quitaste sus hijos a muchas mamás, ahora tu mamá se quedará sin hijo. Y allí mismo lo despedazó ante el SEÑOR.


Saúl capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas. Le perdonó la vida, pero mató a toda su gente.


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