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Esdras 5:8 - Biblia Palabra de Dios para Todos

8 Su majestad debe saber que fuimos a la provincia de Judá y al templo del gran Dios. La gente de Judá está reconstruyendo ese templo con piedras labradas. Están colocando vigas de madera en las paredes y están trabajando ardua y cuidadosamente. La construcción está avanzando rápidamente y pronto concluirá.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera en sus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »El rey debería saber que fuimos al sitio donde se construye el templo del gran Dios, en la provincia de Judá. Lo están reconstruyendo con piedras especialmente preparadas y le están colocando madera en las murallas. La obra prosigue con gran energía y éxito.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ha de saber el rey que fuimos a la provincia de Judá, al Templo del Gran Dios. Se lo construye con piedras talladas y con una armazón de madera puesta sobre el muro. La obra se hace cuidadosamente y va avanzando bien, merced a su trabajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Sea notorio al rey que fuimos a la provincia de Judea, a la Casa del gran Dios, que es construida con grandes piedras y madera en las paredes. Esta obra se ejecuta diligentemente y prospera en las manos de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Sepa el rey que hemos ido a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, que se está reconstruyendo con piedras talladas y muros recubiertos de madera. La obra se ejecuta con gran diligencia y adelanta en sus manos.

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Esdras 5:8
20 Referans Kwoze  

Esta es la lista de los exiliados de esa provincia que regresaron. En el pasado, el rey Nabucodonosor de Babilonia los había llevado desterrados a Babilonia. Todos estaban ahora de regreso en Jerusalén, en Judá, y en cada uno de sus pueblos.


Esta es una copia de esa carta: Al Rey Darío, cordial saludo.


Les preguntamos a sus líderes quién los había autorizado a construir ese templo y a terminar ese edificio.


para que ofrezcan sacrificios al Dios del Cielo y rueguen por la vida del rey y la de sus hijos.


La pared que lo rodee debe tener tres hileras de piedras grandes y una hilera de vigas grandes de madera. El costo de la construcción del templo debe ser pagado de la tesorería del rey.


Ustedes deben suministrarle con diligencia a Esdras todo lo que el Dios del cielo le ha ordenado que consiga para el templo del Dios del cielo. No queremos que Dios se enoje con mi reino ni con mis hijos.


Estos son los jefes de las provincias que se establecieron en Jerusalén. (Algunos israelitas, sacerdotes, levitas, servidores del templo y descendientes de los servidores de Salomón vivían en los pueblos de Judá. Todos vivían en sus propiedades en diferentes pueblos.


Esta es la lista de los exiliados de esa provincia que regresaron del cautiverio al que habían sido sometidos por el rey Nabucodonosor de Babilonia. Ellos regresaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su lugar de origen.


Esta historia sucedió en la época del rey Jerjes, quien gobernaba sobre 127 provincias desde la India hasta Cus.


Envió cartas a todas partes del reino, a cada provincia en su propia escritura y a cada nación en su propio idioma. Las cartas anunciaban, en el idioma de cada cual, que todo hombre debía ejercer la autoridad dentro de su casa.


Grande es el SEÑOR y merece ser alabado; su grandeza sobrepasa todo entendimiento.


El rey dijo: —En realidad tu Dios es el más importante y poderoso. Es el Señor de todos los reyes y el que revela los secretos. Él fue quien hizo posible que tú me revelaras a mí este secreto.


Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno y gritó: —¡Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios altísimo, salgan de allí! Y Sadrac, Mesac y Abednego salieron del horno.


Me siento muy orgulloso de poder contarles todas las señales y milagros que el Dios altísimo ha hecho en mi vida.


»Ordeno que en todo mi reino, hasta en la más pequeña provincia, todos adoren y respeten al Dios de Daniel. »Él es el Dios vivo y existe para siempre. Su reino jamás será destruido; su poder no tiene fin.


porque el SEÑOR tu Dios es el Dios de todos los dioses y el Señor de todos los señores. Él es grande, poderoso y terrible. Él no tiene favoritismos ni acepta sobornos.


Porque su roca no es como nuestra Roca, hasta nuestros enemigos saben esto.


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