16 Así que Sesbasar vino y construyó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén y desde ese día hasta hoy el trabajo continúa. Sin embargo, aun no se ha terminado».
16 Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está concluida.
16 Así que ese tal Sesbasar llegó y echó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén. Desde entonces, la gente ha estado trabajando en la reconstrucción, pero aún no está terminado”.
16 Sesbasar vino entonces, puso los cimientos del Templo de Dios en Jerusalén y, desde ese día hasta ahora, la construcción prosigue sin que se la haya terminado todavía.
16 Y el mismo Sesbasar vino y echó los fundamentos de la Casa de Dios que está en Jerusalem, y desde entonces hasta ahora se ha estado construyendo, aunque no está terminada.
16 Vino, pues, Sesbasar y echó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén; y desde entonces hasta ahora está siendo reconstruido, aunque todavía no está terminado.
Cuando los constructores terminaron de sentar las bases para el templo del SEÑOR, los sacerdotes se colocaron sus vestidos sagrados y tomaron sus trompetas. Los levitas hijos de Asaf llevaron sus platillos. Todos ocuparon sus lugares para alabar al SEÑOR tal como David, rey de Israel, lo había ordenado en el pasado.
Así que en el segundo mes del segundo año después de su llegada al templo en Jerusalén, Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac comenzaron a trabajar junto con sus hermanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que regresaron a Jerusalén después de su cautiverio. Nombraron a jóvenes levitas mayores de 20 años para que fueran los líderes en la reconstrucción del templo del SEÑOR:
El rey Ciro hizo traer del templo del dios de Babilonia todos los objetos de oro y plata que Nabucodonosor había sacado del templo de Jerusalén y había llevado al templo de Babilonia. El rey Ciro entregó esos objetos de oro y plata a Sesbasar a quien había nombrado como gobernador.
El rey Ciro le dijo a Sesbasar: “Toma estos objetos de oro y plata y llévalos de regreso al templo en Jerusalén. Construye de nuevo el templo de Dios en el mismo lugar donde estaba anteriormente”.
Entonces Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac comenzaron de nuevo a reconstruir el templo de Jerusalén y los profetas de Dios estaban con ellos, apoyándolos.
Todos los que hayan considerado insignificantes los pequeños inicios del templo, celebrarán cuando vean la plomada en manos de Zorobabel. Las siete lámparas representan los ojos del SEÑOR que vigilan toda la tierra».
«Zorobabel echará las bases de este templo, y él mismo lo llevará a feliz término. Cuando esto haya sucedido, sabrán que el SEÑOR Todopoderoso me ha enviado a ustedes.