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Daniel 8:27 - Biblia Palabra de Dios para Todos

27 Yo, Daniel, estuve enfermo durante varios días y luego regresé a mi trabajo con el rey. Pero seguía preocupado y extrañado por la visión, pues no la había entendido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

27 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Entonces yo, Daniel, quedé abrumado y estuve enfermo durante varios días. Después me levanté y cumplí con mis deberes para con el rey. Sin embargo, la visión me dejó angustiado y no podía entenderla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Yo Daniel me desmayé; estuve enfermo muchos días, luego me levanté para ocuparme de los asuntos del rey. Pero seguía consternado por esa visión que no entendía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y yo, Daniel, quedé quebrantado y estuve enfermo algunos días. Luego me levanté y atendí los negocios del rey, pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Yo, Daniel, caí desfallecido y estuve enfermo varios días. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me había aturdido y no acaba de entenderla.

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Daniel 8:27
12 Referans Kwoze  

En ese momento apareció alguien parecido a un ser humano y me tocó los labios. Yo pude hablar de nuevo y le dije al que estaba frente a mí: «Señor, apenas tuve esa visión sentí calambres y perdí el control de mi cuerpo.


Entonces yo me quedé solo mirando esa gran visión. El terror me dejó sin fuerzas y perdí completamente mi vigor habitual.


Daniel, al que le decían Baltasar, guardó silencio durante una hora. La interpretación del sueño que tuvo le preocupaba. Pero el rey le dijo: —Baltasar, no te asustes ni del sueño ni de la interpretación. Y Baltasar le respondió: —Majestad, me gustaría que este sueño tuviera que ver con sus enemigos.


He oído que tú tienes el espíritu de los dioses; que eres brillante, inteligente y tienes mucha sabiduría.


Ese fue el final del sueño, pero yo, Daniel, seguía muy preocupado y pálido, así que no podía dejar de pensar en ello.


Entonces se me acercó, y yo, muy asustado, caí al suelo. Sin embargo, él me dijo: «Hombre, entiende que esta visión muestra cosas del futuro».


En la visión, yo estaba a orillas del canal Ulay, en la fortaleza de Susa que es la capital de la provincia de Elam.


Vi que el chivo golpeó al carnero y le rompió los dos cuernos. El carnero quedó tendido en el suelo y el chivo lo pisoteó y lo dejó sin fuerza. Nada ni nadie pudo salvar al carnero.


Al escuchar todo eso, se me estremecieron las entrañas. Mis labios temblaron; los huesos se me debilitaron y mis pies vacilaron. Esperaré pacientemente a que les llegue ese día de sufrimiento a los que nos atacan.


Samuel se quedó en cama hasta que amaneció, se levantó temprano y abrió las puertas de la casa del SEÑOR con miedo de contarle la visión a Elí.


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