Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Daniel 7:9 - Biblia Palabra de Dios para Todos

9 Mientras miraba, aparecieron unos tronos y el Anciano venerable se sentó en su trono. Su ropa era blanca como la nieve; su cabello era blanco como lana limpia. Su trono era de fuego, y las llamas formaban las ruedas.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Observé mientras colocaban unos tronos en su lugar, y el Anciano se sentó a juzgar. Su ropa era blanca como la nieve; su cabello se parecía a la lana más pura. Se sentó sobre un trono ardiente con ruedas en llamas,

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Seguía mirando, pusieron unos tronos y un anciano se sentó; su ropa era blanca como la nieve, los cabellos de su cabeza eran como la lana blanca, su trono era de llamas de fuego con ruedas de fuego ardiente.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y cuyos cabellos eran como lana purísima. Su trono era de llamas de fuego, y éste tenía ruedas de fuego abrasador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Seguí mirando y vi que colocaron unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve; los cabellos de su cabeza puros como la lana; su trono eran llamas de fuego; sus ruedas eran ascua encendida.

Gade chapit la Kopi




Daniel 7:9
34 Referans Kwoze  

Pero Micaías siguió hablando de parte de Dios y le dijo: —Escucha este mensaje que el SEÑOR tiene para ti: Vi al SEÑOR sentado en su trono en el cielo. Todo el ejército del cielo estaba presente con él a su derecha y a su izquierda.


Pero Micaías dijo: —Escucha este mensaje que el SEÑOR tiene para ti: Vi al SEÑOR sentado en su trono en el cielo. Todo el ejército del cielo estaba presente con él a su derecha y a su izquierda.


Toda tu ropa tiene aroma de mirra, áloe y canela. En palacios de marfil te alegran al son de instrumentos de cuerda.


Tú ya eras Dios aun antes que las montañas se formaran y que crearas la tierra y el mundo. Tú eras y siempre serás Dios.


Tu reino ha existido siempre; tú existes desde la eternidad.


El año en que murió el rey Uzías, vi al SEÑOR sentado en un trono muy alto. Los bordes de su manto llenaban el templo.


Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo. Sobre sus hombros descansa la autoridad y se le han puesto estos nombres: Hacedor de grandes planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe que trae la paz.


Estableceré mi trono en Elam y destruiré al rey y sus oficiales, dice el SEÑOR.


Encima de la plataforma había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía ser un trono de zafiro había algo que parecía un ser humano.


Yo seguía con estas visiones en la noche. De repente, vi que salía entre las nubes uno como un ser humano. Se acercó al Anciano venerable y lo presentaron ante él.


Hasta que apareció el Anciano venerable y favoreció a los santos del Dios altísimo. Así los santos derrotaron al monstruo y se apoderaron del reino.


Tú, Belén Efrata, eres pequeña entre los clanes de Judá, pero de ti saldrá el jefe de Israel, quien luego vendrá a mí. Su origen es antiguo, viene de mucho tiempo atrás.


SEÑOR, tú siempre has existido. Mi santo Dios, tú nunca morirás. SEÑOR, ¿elegiste a Babilonia para hacer justicia? Roca mía, ¿creaste a Babilonia para castigar a Israel?


Allí, frente a ellos, Jesús se transformó. Su cara comenzó a brillar como el sol, y su ropa se volvió tan blanca como la luz.


Su aspecto era brillante como un rayo, y sus vestidos eran blancos como la nieve.


Su ropa brilló y se puso más blanca que el blanco más puro. Estaba tan blanca como ningún lavandero en el mundo podría blanquearla.


Pero David era profeta y sabía que Dios le había prometido que uno de sus descendientes sería rey, como él.


Jesús fue llevado al cielo y ahora está a la derecha de Dios. El Padre, según su promesa, le dio el Espíritu Santo. Jesús lo ha derramado sobre nosotros; eso es lo que ustedes ven y oyen ahora.


En él soy aprobado por Dios. No es que yo mismo me doy aprobación por lo que dice la ley, sino que Dios me aprueba por la fidelidad de Cristo. La aprobación viene de Dios por la fe.


Dios es el único que no muere; vive en una luz tan brillante que nadie se le puede acercar. Nadie ha visto a Dios y nadie puede verlo. ¡A él sea el honor y poder por toda la eternidad! Así sea.


Este es el mensaje que hemos oído de Jesucristo y se lo estamos anunciando a ustedes: Dios es luz y no hay oscuridad en él.


Su cabello era blanco como la lana o la nieve, y sus ojos brillaban como llamas de fuego.


Así ustedes podrán comerse los cuerpos de los reyes, los generales y los hombres famosos. Vengan a comer los cuerpos de los caballos y de sus jinetes y los cuerpos de toda la gente, esclavos y libres, grandes y pequeños».


Después vi unos tronos y los que estaban sentados en ellos habían recibido el poder de juzgar. También vi a las almas de los que habían sido decapitados por dar testimonio sobre Jesús y anunciar el mensaje de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido la marca de la bestia ni en su frente ni en la mano. Ellos volvieron a vivir y reinaron con Cristo durante mil años.


Inmediatamente, el Espíritu se apoderó de mí y vi un trono en el cielo en el que alguien estaba sentado.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite