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Daniel 7:13 - Biblia Palabra de Dios para Todos

13 Yo seguía con estas visiones en la noche. De repente, vi que salía entre las nubes uno como un ser humano. Se acercó al Anciano venerable y lo presentaron ante él.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien parecido a un hijo de hombre descender con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante su presencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Mientras seguía contemplando esas visiones nocturnas, vi algo como un hijo de hombre que venía sobre las nubes del cielo; se dirigió hacia el anciano y lo llevaron a su presencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Proseguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí con las nubes de los cielos venía uno como hijo de hombre, y llegó hasta el Anciano de días, y lo hicieron acercarse ante Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Continué observando en la visión nocturna, y de pronto vi que, con las nubes del cielo, venía como un hijo de hombre; avanzó hacia el anciano, le fue llevado a su presencia.

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Daniel 7:13
39 Referans Kwoze  

El SEÑOR extenderá desde Sion la autoridad de tu reino hasta que domines a tus enemigos.


Solo tienes que pedirlo, y te daré por herencia las naciones. El mundo entero será de tu propiedad.


Dios subió a su trono entre gritos de alegría, el SEÑOR con toque de trompeta.


»Como león que sale de los matorrales del río Jordán hacia las praderas, así de rápido echaré a Edom de su tierra. Nombraré sobre ellos a quien yo elija. Porque, ¿quién es como yo? ¿Quién puede desafiarme a mí? ¿Qué pastor se me enfrenta?»


Encima de la plataforma había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía ser un trono de zafiro había algo que parecía un ser humano.


Y durante ese tiempo, el Dios del cielo creará un reino eterno que no podrá ser destruido. Ese reino no quedará en manos de extraños. Al contrario, ese reino destruirá y superará a todos los demás reinos. ¡Es un reino que durará para siempre!


A las otras bestias les quitaron el poder que tenían, pero los dejaron vivir un tiempo más.


Tuve una visión en la noche. Vi que soplaban los cuatro vientos del cielo y agitaban el gran mar.


Hasta que apareció el Anciano venerable y favoreció a los santos del Dios altísimo. Así los santos derrotaron al monstruo y se apoderaron del reino.


Mientras miraba, aparecieron unos tronos y el Anciano venerable se sentó en su trono. Su ropa era blanca como la nieve; su cabello era blanco como lana limpia. Su trono era de fuego, y las llamas formaban las ruedas.


Yo, Daniel, tuve esa visión y trataba de entenderla. Mientras pensaba, se apareció frente a mí uno que parecía un hombre.


El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y ellos van a juntar a todos los perversos y a los que hacían pecar a los demás y los expulsará de su reino.


»En esos días, la señal del Hijo del hombre se verá en el cielo. Entonces todas las familias de la tierra gritarán de miedo y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.


»Cuando venga el Hijo del hombre con todos sus ángeles, vendrá con gran esplendor, y se sentará en su grandioso trono.


Jesús le dijo: —Tú lo has dicho. Sin embargo les digo que ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, llegando en las nubes del cielo.


Entonces Jesús se acercó y les dijo: —Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.


Entonces Jesús le dijo: —Las zorras tienen sus madrigueras y las aves tienen sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene un lugar donde descansar la cabeza.


»Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.


Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria.


Por eso, siempre deben estar alerta. Pidan fuerza para poder resistir cuando se enfrenten a todo esto que ocurrirá y así poder presentarse ante el Hijo del hombre aprobados».


Entonces Jesús les explicó todo lo que había sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas.


Entonces alguien entre la multitud le contestó: —La ley nos dice que el Mesías iba a vivir para siempre. Entonces, ¿por qué dices tú que el Hijo del hombre va a ser levantado? ¿Quién es el “Hijo del hombre”?


El único que ha subido al cielo es el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.


El Padre también le ha dado autoridad al Hijo para juzgarlos, puesto que él es el Hijo del hombre.


Entonces dijo: —¡Miren! Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.


Luego, nosotros los que estemos vivos en ese momento, subiremos a las nubes con los resucitados para encontrarnos con el Señor en el aire, y así estaremos con el Señor para siempre.


Dios es el único que no muere; vive en una luz tan brillante que nadie se le puede acercar. Nadie ha visto a Dios y nadie puede verlo. ¡A él sea el honor y poder por toda la eternidad! Así sea.


Los hijos de una familia son gente de carne y hueso, por eso Jesús se hizo de carne y hueso igual que ellos. Solo así pudo morir y con su muerte derrotar al diablo, quien tenía el poder de la muerte.


Porque Cristo no entró al Lugar Santísimo hecho por los hombres, que solo es copia del verdadero, sino al cielo y está presente allí, delante de Dios, para pedir a nuestro favor.


En medio de ellos, estaba uno semejante al Hijo del hombre, vestido con una túnica larga, y con una banda dorada atada a su pecho.


Soy el que vive; estuve muerto, pero mira: ahora vivo para siempre. Tengo poder sobre la muerte y también tengo las llaves del lugar de los muertos.


Miren, Cristo va a venir en las nubes. Todos lo verán con sus propios ojos, incluso los que lo atravesaron; y todas las naciones de la tierra llorarán por él. Así sea.


Después vi una nube blanca sobre la que estaba sentado uno «semejante al Hijo del hombre». Tenía una corona de oro en su cabeza y en su mano una hoz afilada.


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