1 Nabucodonosor envió este mensaje a todos los pueblos de todas las naciones, de todas las lenguas y de todas partes del mundo: Los saludo y deseo que vivan en paz y prosperidad.
Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, el jefe de los treinta, y él dijo así: «¡Estamos de tu lado, David! ¡Estamos contigo, hijo de Isaí! ¡Paz, sí, paz para ti y para los que te ayudan, porque Dios te ha ayudado!» Entonces David les dio la bienvenida y los llevó junto con los jefes de su ejército.
Entonces el Rey Artajerjes envió esta respuesta: A Rejún, el oficial a cargo, Simsay, el secretario y a toda la gente que vive con ellos en Samaria y en otros lugares al occidente del río Éufrates. Saludos.
El día 13 del primer mes se reunieron todos los secretarios del rey. Ellos escribieron en un decreto todas las órdenes de Amán y lo enviaron a cada pueblo en su propia escritura y en su propio idioma. El decreto se envió a todos los virreyes, a los gobernadores de las diferentes provincias y a los jefes de todos los pueblos. El decreto se escribió con la autorización del rey Jerjes y la orden se entregó firmada y sellada por el propio rey.
Rápidamente fueron llamados los secretarios del rey el día 23 del tercer mes, el mes de siván. Esos secretarios escribieron todas las órdenes de Mardoqueo a los judíos, a los virreyes, a los gobernadores, y a los jefes de las 127 provincias desde la India hasta Etiopía. Esas órdenes fueron redactadas en la escritura de cada provincia y fueron traducidas al idioma de cada pueblo. Fueron comunicadas a los judíos en su propio idioma y en su propio alfabeto.
Ahora doy otra orden: cualquier persona, de cualquier país o de cualquier lengua, que hable mal o en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego será descuartizado. Su casa será destruida hasta que quede convertida en un montón de tierra y escombros. Pues no hay otro dios que pueda salvar como este».
Se le dieron poder, gloria y autoridad; todos los pueblos, naciones y lenguas estarán a su servicio. Su dominio no tendrá fin y su reino nunca será destruido.
»Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: En aquellos días, gente de otros países, que hablan idiomas diferentes, se aferrarán. Sí, se aferrarán de la ropa de todo judío y le dirán: “Queremos acompañarlos porque hemos sabido que Dios está con ustedes”».
Esta carta la escribo para toda la gente de Roma que Dios ama y ha llamado para ser su pueblo santo. Que la paz y el generoso amor de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con ustedes.
Según el plan de Dios Padre, él los eligió de antemano y los purificó por medio del Espíritu para que lo obedezcan y sean rociados con la sangre de Jesucristo. Que Dios les dé abundantemente de su generoso amor y paz.