Daniel 3:10 - Biblia Palabra de Dios para Todos10 Su majestad ha ordenado que todos se arrodillen para adorar la estatua de oro cada vez que se oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales; Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196010 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente10 Usted emitió un decreto que exige a todo el pueblo inclinarse y rendir culto a la estatua de oro al oír tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)10 Tú, oh rey, diste esta orden: Cualquier hombre al oír el sonido de la trompeta, del cuerno, la cítara, la flauta, el trombón, la gaita y de cualquier clase de instrumento, tendrá que postrarse en tierra y adorar la estatua de oro. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion10 Tú, oh rey, has decretado que todo hombre que oiga el son de la corneta y del silbato, del tamboril, del arpa y del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197510 Tú, ¡oh rey!, has dado un decreto según el cual todo el que oiga el sonido de la trompeta, de la flauta, de la cítara, de la sambuca, del salterio, de la cornamusa y de toda suerte de instrumentos de música debe postrarse para adorar la estatua de oro; Gade chapit la |
Entiendan esto muy bien: cuando escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, deben arrodillarse a adorar la estatua de oro. ¡Si no se arrodillan a adorar en ese momento, serán lanzados al horno y no habrá ningún dios que pueda salvarlos de mi castigo!
En seguida se presentaron ante el rey y dijeron: —Majestad, usted ha firmado una ley prohibiendo durante 30 días que se hagan oraciones o peticiones a cualquier dios o persona que no sea usted. Y quien no obedezca será mandado al foso de los leones. ¿No es verdad? El rey respondió: —Así es. Es una ley para los medos y los persas, y no puede anularse ni cambiarse.