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Cantares 3:4 - Biblia Palabra de Dios para Todos

4 Apenas dejé de hablar con ellos, ¡encontré al amor de mi vida! Lo abracé y no lo solté hasta que llegamos a la casa de mi mamá, a la habitación de la que me engendró.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Y apenas me alejé de ellos, ¡encontré a mi amado! Lo tomé y lo abracé con fuerza, y lo llevé a la casa de mi madre, a la cama de mi madre, donde fui concebida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿Han visto a mi amado? Apenas los había dejado cuando encontré al amado de mi alma. Lo abracé y no lo soltaré más hasta que no lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la pieza de la que me dio a luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Apenas los había pasado, Hallé al que ama mi alma, Me prendí de él y no quise soltarlo, Hasta que lo introduje en la casa de mi madre, En la alcoba de la que me concibió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Apenas los pasé, topé con el amado de mi alma. Le así y ya no le dejaré, hasta meterlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que a mí me concibió.

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Cantares 3:4
21 Referans Kwoze  

Luego el hombre le dijo: —Déjame ir, que ya está amaneciendo. Pero Jacob dijo: —No te dejaré ir a menos que me des tu bendición.


Aférrate a la instrucción, no dejes que se vaya; cuida lo que has aprendido, porque es tu vida.


Amo a los que me aman, y los que me buscan me encontrarán.


Amor mío, dime a dónde llevas a pastar tu rebaño. Dime a dónde lo llevas a descansar al mediodía. Si me lo dices, podré estar a tu lado. No tendré que estar buscándote a escondidas entre los rebaños de tus amigos, como una mujer que lleva velo.


De pronto me hizo sentir como un príncipe entre las carrozas de mi pueblo. Ya no me reconocí.


Tu cabeza es tan bella como el monte Carmelo; y tu cabello es morado como la seda, el rey está atrapado en trenzas.


Te voy a llevar a casa de mi mamá para que me instruyas; y allí te daría a beber vino fragante, mi dulce jugo de granada.


No hablé en secreto, ni en un lugar oscuro de la tierra. Yo no les dije a los descendientes de Jacob: “Búsquenme en vano”. Yo, el SEÑOR, hablo lo correcto y digo la verdad.


Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.


El SEÑOR es bueno con quienes creen en él; con los que lo buscan.


De repente, Jesús se encontró con ellas y las saludó. Ellas se acercaron a él, le abrazaron los pies y lo adoraron.


»No se cansen de pedir, y Dios les dará; sigan buscando, y encontrarán; llamen a la puerta una y otra vez, y se les abrirá.


¿Podrá algo separarnos del amor de Cristo? Ni las dificultades, ni los problemas, ni las persecuciones, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro ni tampoco la muerte.


ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo.


En cambio, la Jerusalén del cielo es como la mujer libre y ella es nuestra madre.


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