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Apocalipsis 6:10 - Biblia Palabra de Dios para Todos

10 Gritaban muy fuerte: «Señor santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y a castigarlos por habernos asesinado?»

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Ellos clamaban al Señor y decían: «Oh Señor Soberano, santo y verdadero, ¿cuánto tiempo hasta que juzgues a la gente de este mundo y tomes venganza de nuestra sangre por lo que nos han hecho?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Se pusieron a gritar con voz muy fuerte: 'Santo y justo Señor, ¿hasta cuándo vas a esperar a hacer justicia y tomar venganza por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Soberano° Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Y clamaron con gran voz, diciendo: '¿Hasta cuándo, oh Soberano, santo y veraz, estarás sin juzgar a los que moran sobre la tierra y sin vengar nuestra sangre?'.

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Apocalipsis 6:10
33 Referans Kwoze  

Luego el SEÑOR dijo: —¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano grita desde el suelo pidiendo justicia.


¿Cuánto tiempo más tendré que vivir esperando que des la orden de castigar a todos los que me atacan?


SEÑOR, ¿hasta cuándo? ¿Vas a olvidarme para siempre? ¿Cuánto tiempo más me ignorarás?


Señor, ¿cuánto tiempo te vas a quedar mirándome sin hacer nada? Salva mi vida, ¿qué más tengo? Sálvame de los que rugen como leones y quieren destruirme.


No dejes que otros pueblos nos digan: «¿Dónde está su Dios?» Queremos ver cómo castigas a los que derraman la sangre de tus siervos.


Él, quien toma venganza por los asesinatos, nunca se olvida de los afligidos que piden justicia a gritos.


Me eligió para anunciar el año en que el SEÑOR se mostrará favorable y el día en que nuestro Dios se vengará. Me eligió también para consolar a todos los que están tristes,


Espero, SEÑOR, que les des lo que se merecen por lo que han hecho.


El hombre vestido con la túnica de lino estaba sobre las aguas del río. Uno de los hombres que estaba a la orilla le preguntó: «¿Cuánto tiempo más tiene que pasar hasta que todas esas cosas asombrosas sucedan?»


Después escuché que uno de los santos estaba hablando y otro le preguntó: «¿Cuánto tiempo más va a durar lo que está pasando con los sacrificios diarios? ¿Cuándo van a terminar estas terribles ofensas y pisoteos contra el santuario y las estrellas sagradas?»


Entonces el ángel del SEÑOR dijo: —SEÑOR Todopoderoso, ¿cuándo tendrás compasión por Jerusalén y las ciudades de Judá? Has estado enojado con ellas durante los últimos 70 años.


«Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo muera en paz, como lo prometiste.


Estos son los días en que Dios traerá castigo para cumplir todo lo que está escrito.


Queridos amigos, no traten de vengarse de alguien, sino esperen a que Dios lo castigue, porque así está escrito: «Yo soy el que castiga, les daré el pago que merecen», dice el Señor.


Están junto a Jesús, quien trajo el nuevo pacto de Dios a la gente. En este lugar está la sangre que purifica, la que nos habla de algo mejor que la sangre de Abel.


En el pasado hubo falsos profetas entre el pueblo de Dios, así como también los habrá entre ustedes. Sin que ustedes se den cuenta, ellos les darán falsas enseñanzas que los llevarán a ustedes a la condenación. Se atreverán incluso a negar al mismo Señor, que fue quien pagó el precio de su libertad. Pero al hacerlo, ellos mismos atraerán su rápida destrucción.


Los que no creen en ti se enojaron, pero ahora ha llegado el momento de tu ira. Ahora es el momento de juzgar a los muertos. Es el momento de recompensar a tus siervos los profetas, y de recompensar a tu pueblo santo, a los que te respetan, tanto grandes como pequeños. ¡Es tiempo de destruir a los que destruyen la tierra!»


¡Oh, cielo, alégrate! ¡Alégrense el pueblo de Dios, junto con los apóstoles y profetas porque Dios castigó a la ciudad de Babilonia por todo lo que les hizo a ustedes!»


Babilonia fue la culpable de la muerte de los profetas y del pueblo de Dios, y de todos los que fueron asesinados en la tierra».


Sus juicios son correctos y justos. Él castigó a la gran prostituta que corrompió al mundo con su pecado sexual. Dios castigó a la prostituta para cobrarle la muerte de sus siervos».


Tú obedeciste mi mandato de resistir pacientemente, por eso te protegeré del tiempo de sufrimiento que vendrá sobre todo el mundo para poner a prueba a los habitantes de la tierra.


»Escribe esto al ángel de la iglesia de Filadelfia: »Esto dice el que es santo y verdadero, el que tiene la llave del reino de David. Cuando él abre, nadie puede volver a cerrar; y cuando cierra, nadie puede volver a abrir:


Sansón oró al SEÑOR así: «Señor DIOS, acuérdate de mí. Te ruego, oh Dios, que me des fuerza una vez más. Déjame hacer algo para castigar a estos filisteos por haberme sacado los ojos».


¡Que sea el SEÑOR quien juzgue! Tal vez el SEÑOR lo castigue por el mal que me ha hecho, pero yo no alzaré mi mano contra usted.


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