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Apocalipsis 17:16 - Biblia Palabra de Dios para Todos

16 La bestia y los diez cuernos que viste odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene dejándola desnuda. Se comerán su cuerpo y lo quemarán.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, estos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Tanto la bestia escarlata como sus diez cuernos odian a la prostituta. La desnudarán, comerán su carne y quemarán con fuego lo que quede de ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Los diez cuernos y la misma bestia planearán maldades contra la prostituta, la arruinarán y la dejarán desnuda, comerán sus carnes y la consumirán por el fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y los diez cuernos que viste, y la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda, y devorarán sus carnes, y a ella la quemarán con fuego;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Los diez cuernos que has visto y la bestia odiarán a la prostituta y la dejarán despojada y desnuda; comerán sus carnes y la abrasarán con fuego.

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Apocalipsis 17:16
17 Referans Kwoze  

La gente de mi casa decía: “No hay nadie que haya quedado insatisfecho con la carne que Job le ha dado”.


Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, aunque mis enemigos me ataquen, serán ellos los que tropiecen y caigan.


Luego vi otra bestia. Esta segunda bestia parecía un oso y estaba levantada de medio lado. Tenía tres costillas en la boca entre sus dientes y una voz le decía: «Levántate y come toda la carne que quieras».


»Si la hija de un sacerdote se contamina haciéndose prostituta, es una deshonra para su papá y tendrá que ser quemada viva.


Luego apareció otra señal en el cielo: un dragón rojo con siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.


Luego, el sexto ángel vació su copa sobre el gran río Éufrates y el agua del río se secó. Así se preparó el camino a los reyes que venían del oriente.


Cinco de los reyes ya murieron, uno vive ahora, el otro todavía no ha llegado; pero cuando llegue, se quedará solo por un corto tiempo.


Luego, se echaron polvo sobre la cabeza, llorando y lamentándose: «¡Qué terrible! ¡Esto es muy terrible para la gran ciudad! Todos los que tenían barcos en el mar se enriquecieron gracias a ella, ¡pero fue destruida en tan solo una hora!


Así que tan solo en un día le caerán todas las plagas: enfermedades, luto y hambre. Ella será destruida con fuego porque el Señor Dios que la juzgó es fuerte».


Así ustedes podrán comerse los cuerpos de los reyes, los generales y los hombres famosos. Vengan a comer los cuerpos de los caballos y de sus jinetes y los cuerpos de toda la gente, esclavos y libres, grandes y pequeños».


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