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2 Samuel 16:7 - Biblia Palabra de Dios para Todos

7 Simí seguía maldiciendo a David diciendo: —¡Largo de aquí asesino bueno para nada!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y decía Simei, maldiciéndole: ¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 —¡Vete de aquí, asesino y sinvergüenza! —le gritó a David—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Simeí lo maldecía: '¡Andate, ándate! No eres más que un sanguinario y un criminal!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y en tanto lo maldecía, Simei decía así: ¡Fuera! ¡Fuera, oh hombre sanguinario y hombre de Belial!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Decía Semeí en sus maldiciones: '¡Vete, vete, hombre sanguinario y perverso!

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2 Samuel 16:7
16 Referans Kwoze  

¿Por qué entonces ignoraste mi mandato e hiciste lo que me desagrada? Dejaste que los amonitas mataran a Urías el hitita para quedarte con su esposa. Es como si tú mismo lo hubieras matado en batalla.


Simí empezó a tirarles piedras a David y a sus oficiales, pero la gente y los soldados rodearon a David completamente.


Pero Abisay hijo de Sarvia dijo: —Debemos matar a Simí porque maldijo al rey que el SEÑOR eligió.


En ese lugar había un hombre perverso de la tribu de Benjamín que se llamaba Sabá hijo de Bicrí. Sabá tocó la trompeta para reunir al pueblo y dijo: «No tenemos herencia con David. No tenemos nada que ver con el hijo de Isaí. Vamos a casa, Israel, a nuestras propias carpas».


Todo Judá y todo Israel reconocieron que David no había matado a Abner hijo de Ner.


Busquen algunos sinvergüenzas que estén dispuestos a decir que Nabot habló en contra del rey y en contra de Dios. Entonces sáquenlo de la reunión y mátenlo a pedradas».


Entonces dos sinvergüenzas dijeron que Nabot había hablado en contra de Dios y en contra del rey. Por eso el pueblo sacó a Nabot de la ciudad y lo mataron a pedradas.


Muchos hablan de mí y dicen: «Dios no lo salvará». Selah


Los mentirosos están perdidos. El SEÑOR detesta a los violentos y a la gente que planea hacerles mal a los demás.


Dios mío, mi Dios Salvador, merezco la muerte, pero no me castigues, y gritaré de alegría que eres justo.


por las amenazas del enemigo y la opresión del perverso. Ellos echan sobre mí dificultades y me persiguen furiosamente.


Me salta el corazón dentro del pecho; estoy terriblemente asustado.


hombres perversos, israelitas, lleven a los habitantes de esa ciudad a abandonar a Dios y les digan: «Vayamos y adoremos a otros dioses», dioses que tú no conoces.


Los hijos de Elí eran perversos. No les importaba el SEÑOR


Así que considera con cuidado lo que tienes que hacer, porque el desastre nos amenaza a nuestro amo y a toda su familia; es un tipo tan desagradable que nadie puede decirle nada.


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