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2 Samuel 12:22 - Biblia Palabra de Dios para Todos

22 David les respondió: —Cuando el niño estaba vivo, ayuné y lloré porque pensé: “¿Quién sabe? Tal vez el SEÑOR se compadezca de mí y deje vivir al niño”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 —Ayuné y lloré —respondió David— mientras el niño vivía porque me dije: “Tal vez el Señor sea compasivo conmigo y permita que el niño viva”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Respondió: 'Mientras el niño estaba aún con vida, ayunaba y lloraba, pues me decía: ¿Quién sabe? A lo mejor Yavé tiene piedad de mí y sana al niño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y él dijo: Mientras el niño estaba vivo, yo ayunaba y lloraba porque decía: ¿Quién sabe si YHVH se compadecerá de mí y el niño vivirá?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Él respondió: 'Cuando aún vivía el niño, ayunaba y lloraba, porque me decía: quién sabe si Yahveh se compadecerá de mí y me lo dejará con vida.

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2 Samuel 12:22
10 Referans Kwoze  

Los siervos le preguntaron: —¿Por qué actúa así? Cuando el niño estaba vivo, usted se negaba a comer y lloraba, pero ahora que murió se levanta y pide de comer.


«SEÑOR, recuerda que yo siempre te he servido de todo corazón y he hecho lo que te agradaba». Y Ezequías lloró amargamente.


«Ve y dile a Ezequías: “Esto dice el SEÑOR, el Dios de tu antepasado David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He añadido 15 años a tu vida.


Organicen un día de ayuno; proclamen un día de descanso de los ancianos líderes y de todos los habitantes del país, en el templo del SEÑOR su Dios, y pídanle a gritos al SEÑOR.


¿Quién sabe? Tal vez Dios reflexione, cambie su decisión de castigarlos y los bendiga con cereales y vino para que puedan ofrecerle ofrendas al SEÑOR su Dios.


Odien el mal y amen el bien. Asegúrense de que haya justicia en los tribunales. De esa forma, quizás, el SEÑOR Dios Todopoderoso tenga compasión del resto que quedó de Israel.


Entonces el capitán se le acercó y le dijo: —¿Qué estás haciendo ahí, dormilón? ¡Levántate y ruega a tu dios! A lo mejor tu dios se fije en nosotros y nos ponga a salvo.


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