David también derrotó a los moabitas. Los obligó a tenderse en el suelo y los midió con una cuerda: mató a los que quedaban dentro de cada dos medidas de la cuerda, y a los que quedaban dentro de una medida les perdonó la vida. De esa manera, los moabitas se convirtieron en siervos de David y le pagaban tributo.
Luego David ocupó el reino arameo de Damasco. Los sirios pasaron a ser siervos de David y le pagaban tributo. El SEÑOR le daba la victoria a David dondequiera que iba.
Menajem consiguió la plata mediante un impuesto que impuso a los ricos y poderosos, pues cada uno de ellos debía entregar como medio kilo de plata. Entonces Menajem le dio la plata al rey de Asiria, quien se retiró y dejó de invadir a Israel.
Tiglat Piléser rey de Asiria, atacó a Israel durante el reinado de Pecaj; capturó a Iyón, Abel Betmacá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad, Galilea y toda el área al norte de Neftalí; hizo prisioneros a los habitantes y se los llevó a Asiria.
Más tarde, Oseas mandó mensajeros a So, rey de Egipto, para pedirle ayuda. Ese año Oseas no le pagó tributo al rey de Asiria como lo hizo en los años anteriores. El rey de Asiria se enteró de que Oseas tenía planes en su contra, así que hizo que lo capturaran y lo pusieran en prisión.
»No oigan a Ezequías, porque esto es lo que dice el rey de Asiria: “Hagan un tratado de paz conmigo y ríndanse, y permitiré que cada uno de ustedes se alimente de su propia vid y de su propia higuera, y que beba de su propio pozo.
»Dios nuestro, Gran Dios, Dios poderoso y asombroso, bueno y leal, tú que cumples tus promesas, no ignores todo el sufrimiento que hemos pasado nosotros, nuestros reyes, nuestros líderes, nuestros sacerdotes y todo tu pueblo desde los tiempos de los reyes de Asiria hasta hoy.
»Por eso se levantará una multitud entre su pueblo, y todas sus fortalezas serán destruidas. Sucederá lo mismo que cuando ganó Salmán en la Batalla de Bet Arbel. Allí las madres fueron destruidas junto con sus hijos.
Traeré ejércitos enemigos como castigo por romper el pacto, y si se refugian en sus ciudades, les mandaré la peste y los entregaré en manos de sus enemigos para que ellos gobiernen sobre ustedes.