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2 Corintios 8:9 - Biblia Palabra de Dios para Todos

9 Ustedes conocen el generoso amor de nuestro Señor Jesucristo, quien siendo rico se hizo pobre por ustedes, para que por medio de su pobreza, ustedes se hicieran ricos.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesús, el Mesías, que siendo rico, se hizo pobre por amor a vosotros, para que vosotros fuerais enriquecidos con su pobreza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Conocéis bien la gracia de nuestro Señor Jesucristo: cómo por nosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros fuerais enriquecidos con su pobreza.

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2 Corintios 8:9
43 Referans Kwoze  

Creció delante de Dios como un retoño, como una raíz en tierra seca. No había en él hermosura o majestad como para que nos fijáramos en él. No había en él nada atrayente como para que nos gustara.


Por causa de Sion no permaneceré en silencio, por causa de Jerusalén no me callaré; hasta que brille su victoria como el amanecer, y su salvación como una antorcha encendida.


El SEÑOR dice: «Cuando hay mucho jugo en los racimos, la gente dice: “No los dañemos, porque son una bendición”. Así voy a hacer yo por causa de mis siervos. No los voy a destruir a todos ellos.


Pero, como nosotros no queremos que armen un escándalo, ve al lago y pesca con anzuelo. Ábrele la boca al primer pescado que pesques, y allí encontrarás una moneda. Llévala y dásela a los que cobran impuestos. Ese dinero pagará tu impuesto y el mío.


así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvieran, sino a servir a los demás y a dar su vida en rescate por muchos.


Entonces Jesús le dijo: —Las zorras tienen sus madrigueras y las aves tienen sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene un lugar donde descansar la cabeza.


¿No es este el carpintero hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven sus hermanas aquí también entre nosotros? No podían aceptar a Jesús,


Si no se les pueden confiar las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las riquezas verdaderas?


Al nacer su hijo primogénito, lo envolvió en retazos de tela y lo acostó en un pesebre dentro de la casa, porque no había ningún lugar para ellos en el cuarto de huéspedes.


También iban con él Juana, la esposa de Cuza el administrador de Herodes, Susana y muchas más. Estas mujeres ayudaban con su dinero a Jesús y a sus seguidores.


Entonces Jesús le dijo: —Las zorras tienen sus madrigueras y las aves tienen sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene un lugar donde descansar la cabeza.


El que es la Palabra ya estaba en el mundo. Él creó el mundo, pero el mundo no lo reconoció.


La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de generoso amor y verdad. Vimos su esplendor, ese esplendor que pertenece al Hijo único del Padre.


Dios dio la ley por medio de Moisés, pero el generoso amor y la verdad llegaron por medio de Jesucristo.


Jesús respondió: —Esta voz fue para ustedes, no para mí.


Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón él recibirá de mí todo lo que les diga.


Me estoy preparando para servirte. Me dedico a servirte. Hago esto para que por tu verdad ellos también se dediquen a servirte.


El error de Israel ha traído muchas bendiciones a todo el mundo; el fracaso de su misión, sirvió para traer muchas bendiciones a los que no son judíos. Y con toda seguridad habrá aun más bendiciones cuando cumplan la misión que Dios les dio.


Cristo mismo tampoco buscó agradarse a sí mismo. Así dicen las Escrituras: «La gente que te insulta también me está insultando a mí».


En cambio, Dios nos demostró su amor en que Cristo murió por nosotros aun cuando éramos pecadores.


Dios mostró su favor hacia nosotros hasta tal punto que dio a su propio Hijo para que muriera por nosotros. Siendo así, ¿cómo no nos va a dar, junto con él, todo lo que tiene?


Siempre le doy gracias a mi Dios por ustedes, por el generoso amor que les ha dado por medio de Jesucristo.


El primer hombre viene del polvo de la tierra. En cambio, el segundo hombre viene del cielo.


Que la misericordia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la presencia del Espíritu Santo estén siempre con todos ustedes.


Parece que estuviéramos tristes, pero siempre estamos alegres; parecemos pobres, pero siempre estamos enriqueciendo espiritualmente a muchos; parece que no tuviéramos nada, pero en realidad lo tenemos todo.


Dios hizo esto para mostrar en el futuro su inmensa generosidad siendo bondadoso con nosotros a través de Jesucristo.


El amor de Cristo es tan grande que supera todo conocimiento. Pero a pesar de eso, pido a Dios que lo puedan conocer, de manera que se llenen completamente de todo lo que Dios es.


Aunque soy el menos importante del pueblo de Dios, él me concedió el privilegio de anunciar a los que no son judíos la buena noticia de las infinitas riquezas de Cristo.


Me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes, pues lo que sufro en mi propio cuerpo completa lo que falta de los sufrimientos de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia.


Diles que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas obras, que den con alegría y que estén dispuestos a compartir.


En estos últimos días, Dios nos ha hablado de nuevo a través de su Hijo. Él creó todo el universo por medio de su Hijo, a quien nombró heredero de todo lo que existe.


Escuchen, mis estimados hermanos: Dios eligió a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe; ellos recibirán de herencia el reino que Dios prometió a los que lo aman.


»Conozco tu sufrimiento y tu pobreza, aunque en realidad eres muy rico. También sé lo mal que hablan de ti los que se dicen ser judíos y no lo son. Ellos no son verdaderos judíos, sino una sinagoga al servicio de Satanás.


Todo eso voy a darle al que salga victorioso; yo seré su Dios y él será mi hijo.


Te aconsejo que compres de mí oro que ha sido refinado en fuego para que así seas realmente rico. Compra de mí ropa blanca para que cubras tu vergonzosa desnudez y compra también de mí medicina para tus ojos para que así realmente puedas ver.


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