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Mateo 6:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 Por eso, cuando socorras a algún necesitado, no lo pregones a bombo y platillo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. Os aseguro, que ésos ya han recibido su recompensa.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Cuando pues des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. De cierto os digo que ya están recibiendo toda su recompensa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Por tanto, cuando vayas a dar una limosna, no mandes tocar la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para recibir el aplauso de los hombres; os lo aseguro: ya están pagados.

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Mateo 6:2
56 Referans Kwoze  

¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de vosotros cuando dijo:


Y cuando, por la mañana, el cielo está de un rojo sombrío, decía: 'Hoy tendremos tormenta. 'Así que sabéis interpretar el aspecto del cielo, y, en cambio, no sois capaces de interpretar los signos de los tiempos.)


Jesús, advirtiendo al punto la mala intención que había en ellos, les contestó: - ¿Por qué me ponéis trampas, hipócritas?


Todo lo hacen para que la gente los mire. Usan filacterias más anchas y flecos más largos que ningún otro,


les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes, ser saludados en público, sentarse en los lugares preferentes en las sinagogas


y le castigará severamente. Le dará lo que se merece: un lugar entre los hipócritas. Allí llorará y le rechinarán los dientes.


Y os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la Ley no perderá punto ni coma de su valor. Todo se cumplirá cabalmente.


Cuando ayunéis, no andéis por ahí con cara triste, como hacen los hipócritas, que ponen gesto de lástima para que todos se enteren de que están ayunando. Os aseguro que ya han recibido su recompensa.


Por el contrario, cuando tú socorras a un necesitado, hazlo en secreto, de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te recompensará.


Cuando oréis, no hagáis como los hipócritas, que son muy dados a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que todo el mundo los vea. Os aseguro que ya han recibido su recompensa.


¡Hipócrita! Saca primero el tronco de tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la brizna del ojo de tu hermano.


y ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes.


El les contestó: - ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de vosotros cuando escribió: Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está muy lejos de mí.


Dad vuestras limosnas de lo que hay dentro, y de ese modo todo quedará limpio en vosotros.


¡Ay de vosotros, fariseos, que os gusta ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y ser saludados en plena calle!


Vender vuestros bienes y repartid el producto a los necesitados. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que roben ni polilla que destruya.


¡Hipócritas! Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, y, en cambio, no sois capaces de interpretar el tiempo en que vivís.


Pero el Señor, en respuesta, le dijo: - ¡Hipócritas! ¿Quién de vosotros no desata su buey o su asno del pesebre y los lleva a beber aunque sea día festivo?


- Guardaos de esos maestros de la Ley a quienes les gusta pasear vestidos con ropaje suntuoso, y ser saludados y público, y ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes.


En cambio, ¡ay de vosotros los ricos, porque no tendréis más felicidad de la que ya tenéis!


¿Cómo podrás decirle a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la brizna que tienes en el ojo', cuando no ves el tronco que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero el tronco de tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la brizna del ojo de tu hermano!


Ninguno de los comensales entendió lo que Jesús había querido decir.


Yo no busco honores que puedan dar los hombres.


¿Cómo vais a creer, si sólo os preocupáis de recibir honores los unos de los otros y no os interesáis por el verdadero honor, que viene del Dios único?


El que habla por su cuenta, lo que va buscando es su propio honor. En cambio, quien solamente busca el honor de aquel que le envió, es un hombre sincero, no hay falsedad en él.


Era hombre religioso, que, junto con su familia, rendía culto al Dios verdadero. Ayudaba generosamente con sus limosnas a los judíos pobres y oraba a Dios continuamente.


Me dijo: 'Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y ha tenido en cuenta tu generosidad con los pobres.


Atemorizado, miró al ángel y le preguntó: - ¿Qué quieres, Señor? El ángel le contestó: - Dios ha tomado en consideración tus oraciones y tus limosnas .


Decidieron, pues, los fieles, conforme a las posibilidades de cada uno, enviar fondos para atender a las necesidades de los hermanos residentes en Judea.


Tras una ausencia de varios años, regresé a Jerusalén para entregar a los de mi nación una cantidad en concepto de ayuda y para ofrecer sacrificios.


Había en Jope una mujer creyente llamada Tabita, nombre que significa 'Gacela'. Se dedicaba por entero a hacer buenas obras y a socorrer a los necesitados.


Exhorte quien posea el don de exhortar; reparta con generosidad quien tenga encomendada esa tarea. El que presida, hágalo con celo; el que ayude a los necesitados, con alegría.


¿De qué me sirve entregar toda mi fortuna a los pobres, e incluso mi cuerpo a las llamas? Si me falta el amor, de nada me aprovecha.


Unicamente nos pidieron que nos acordásemos de ayudar a sus pobres, cosa que me apresuré a cumplir con todo esmero.


Si alguno robaba, no robe más, sino que se esfuerce trabajando honradamente con sus propias manos para que pueda ayudar al que está necesitado.


Como tampoco hemos corrido en busca de glorias humanas, vengan de vosotros o de otros cualesquiera.


Incúlcales que practiquen la virtud, que atesoren buenas obras, que sean generosos y desprendidos,


Tu amor, hermano, me ha proporcionado mucha alegría y consuelo, por cuanto ha venido a ser bálsamo para el corazón de los creyentes.


Y no os olvidéis de hacer el bien y de compartir vuestras cosas con los demás, pues ésos son los sacrificios que agradan a Dios.


El que habla, que comunique palabra de Dios. El que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder para siempre. Amén.


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