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Mateo 5:25 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

25 Si estás en pleito con alguien, procura resolverlo por las buenas mientras te sea posible hacerlo, para que tu adversario no te entregue al juez, y el juez a los guardias, y te metan en la cárcel.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 »Cuando vayas camino al juicio con tu adversario, resuelvan rápidamente las diferencias. De no ser así, el que te acusa podría entregarte al juez, quien te entregará a un oficial y te meterán en la cárcel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias, que te encerrarán en la cárcel?

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Procura hacer a tiempo las paces con tu contrario mientras vas con él por el camino; no sea que él te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.

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Mateo 5:25
19 Referans Kwoze  

Pedro, que le había seguido de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote, entró también y se sentó junto a los criados para ver en qué terminaba todo aquello.


Vivía también en la misma ciudad una viuda, que un día acudió al juez, rogándole: 'Hazme justicia frente a mi adversario.'


Es Dios mismo quien dice: Tengo un tiempo propicio para escucharte, un día en que vendré en tu ayuda para salvarte. Pues bien, éste es el tiempo especialmente propicio, éste es el día de la salvación.


Más tarde, como sabéis, quiso también recibir la bendición que le había de constituir en heredero, pero en vano; aunque lo suplicó entre lágrimas, ya no halló modo de cambiar lo que había hecho.


Más bien exhortaos unos a otros, días tras día, mientras dura ese 'hoy', para que la seducción del pecado no endurezca vuestras conciencias.


¡Atentos, pues, a lo que dice el Espíritu Santo! Cuando hoy escuchéis la voz del Señor,


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