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Mateo 28:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 De pronto se produjo un fuerte terremoto, pues un ángel del Señor, que había bajado del cielo, se acercó al sepulcro, removió la piedra que cerraba la entrada y se sentó en ella.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 De repente se produjo un violento temblor: el Angel del Señor bajó del cielo, se dirigió al sepulcro, hizo rodar la piedra de la entrada y se sentó sobre ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo, se acercó e hizo rodar la piedra, y se sentó encima de ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 De pronto se produjo un gran terremoto; porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.

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Mateo 28:2
12 Referans Kwoze  

lo puso en un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra, cerrando con ella la entrada del sepulcro, y se marchó.


Ellos fueron y aseguraron el sepulcro. Sellaron la piedra que lo cerraba y dejaron allí, de vigilancia, el piquete de soldados.


El domingo por la mañana muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena fue al sepulcro. Cuando vio que estaba quitada la piedra que tapaba la entrada,


Repentinamente, un violento temblor de tierra sacudió los cimientos de la prisión. Se abrieron de golpe todas las puertas y se soltaron las cadenas de los presos.


Pero un ángel del Señor abrió por la noche la puerta de la prisión y, haciéndoles salir, les dijo:


Grande es, sin lugar a dudas, el misterio de nuestra religión: Cristo vino al mundo como ser mortal, el Espíritu dio testimonio de él, los ángeles le contemplaron, fue anunciado a las naciones, en el mundo le creyeron, Dios le recibió en su gloria.


Y se les reveló que para nosotros y no para ellos se transmitía lo que ahora os anuncian los que proclaman el mensaje de salvación con la fuerza del Espíritu Santo enviado del cielo. Anuncio éste que los mismos ángeles están deseando contemplar.


Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer vestida del sol, con la luna por pedestal y una corona de doce estrellas en la cabeza.


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