Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Mateo 27:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 Le llevaron atado y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilato, el gobernador.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a° Pilato, el procurador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 lo ataron y lo llevaron y entregaron al procurador Pilato.

Gade chapit la Kopi




Mateo 27:2
25 Referans Kwoze  

y le pondrán en manos de extranjeros, que se burlarán de él, le golpearán y le crucificarán. Pero al tercer día resucitará.


Aseguraron además a los soldados que los librarían de toda responsabilidad si el asunto llegaba a oídos del gobernador.


Por aquel mismo tiempo se presentaron unos a Jesús y le hablaron de aquellos galileos a quienes Pilato había hecho matar cuando ofrecían el sacrificio, mezclando así su sangre con la de los animales sacrificados.


Pero, sin perderle de vista, enviaron unos espías que, bajo la apariencia de hombres de bien, hicieran decir algo a Jesús que les diera la oportunidad de entregarle al poder y a la autoridad del gobernador romano.


Después se levantaron todos y llevaron a Jesús ante Pilato.


Aquel día, Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues hasta aquel momento habían estado enemistados.


Corría el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato gobernaba en Judea; Herodes, en Galilea; su hermano Felipe, en Iturea y Troconítida, y Lisanias, en Abilene.


La tropa, con su comandante al frente, y los guardias judíos arrestaron a Jesús y le maniataron.


Entonces, Anás le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.


Después condujeron a Jesús de casa de Caifás al palacio del gobernador. Era muy de mañana. Los judíos no entraron en el palacio para no contraer una impureza legal, pues esto les hubiese impedido participar en la cena de Pascua.


La noche anterior al día en que Herodes se proponía juzgarle, Pedro dormía entre los soldados, atado con dos cadenas. En la puerta había dos guardias en su puesto.


Se adelantó luego el comandante, arrestó a Pablo y dio orden de atarle con dos cadenas. Preguntó después quién era y qué había hecho.


Pero, cuando le estaban amarrando para azotarle, Pablo dijo al oficial allí presente: - ¿Tenéis derecho a azotar a un ciudadano romano sin juzgarle previamente?


Al momento se apartaron de él los que iban a someterle a tortura para hacerle hablar. El propio comandante tuvo miedo al saber que había mandado encadenar a un ciudadano romano.


Al cabo de dos años, Porcio Festo sucedió en el cargo a Félix, y éste dejó preso a Pablo para congraciarse con los judíos.


Esta es la razón por la que he querido veros y hablaros, pues precisamente por causa de quien es la esperanza de Israel llevo yo estas cadenas. Los presentes le contestaron:


El Dios de abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados , ha colmado de honor a Jesús, su siervo, a quien, por cierto, vosotros mismos entregasteis a las autoridades y rechazasteis ante Pilato cuando ya éste había decidido ponerle en libertad.


Y realmente es cierto que, en esta ciudad, Pilato y Herodes se confabularon con los extranjeros y el pueblo israelita en contra de Jesús, tu santo servidor y Mesías.


y le pidió cartas de presentación para las sinagogas de Damasco. Su intención era conducir presos a Jerusalén a cuantos seguidores del nuevo camino del Señor encontrara, tanto hombres como mujeres.


En presencia de Dios, que infunde vida a todas las cosas, y en presencia de Cristo Jesús, que rindió ante Poncio Pilato el más bello testimonio, solemnemente te pido:


y por el que he venido a dar en la cárcel como si fuera un malhechor. Pero nadie puede encarcelar el mensaje de Dios.


Preocupaos de los encarcelados como si vosotros mismos os encontraseis presos junto con ellos; preocupaos de quienes sufren malos tratos, ya que también vosotros tenéis un cuerpo sensible al sufrimiento.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite