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Mateo 16:16 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

16 Entonces Simón Pedro declaró: - ¡Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo!

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Biblia Reina Valera 1960

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Pedro contestó: 'Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: 'Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo'.

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Mateo 16:16
38 Referans Kwoze  

Por último, Jacob fue el padre de José, el marido de María. Y María fue la madre de Jesús, que es el Mesías.


Y los que estaban a bordo adoraron a Jesús, exclamando: - ¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!


Jesús les preguntó: - Y vosotros, ¿quién decís que soy?


Pero Jesús permaneció en silencio. El sumo sacerdote le conminó: - ¡En nombre del Dios vivo, te exijo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios!


El oficial del ejército romano y los que estaban con él vigilando a Jesús, al ver el terremoto y todo lo que estaba sucediendo, exclamaron sobrecogidos de espanto: - ¡Verdaderamente, éste era Hijo de Dios!


Entonces se le acercó el diablo y le dijo: - Si de veras eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.


Pero él permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. Otra vez le interrogó el sumo sacerdote: - ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?


En la ciudad de David os ha nacido hoy un salvador, que es el Mesías, el Señor.


Natanael exclamó: - Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.


Marta contestó: - Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que había de venir a este mundo.


Estos han sido narrados para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida eterna en él.


El Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo gracias a él. Así también, el que me coma vivirá gracias a mí.


Simón Pedro le respondió: - Señor, ¿a quién iríamos? Tus palabras son palabras que dan vida eterna.


Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.


- ¿Qué vais a hacer? ¡Somos hombres mortales como vosotros! Hemos venido a anunciaros el mensaje de salvación para que dejéis esas vanas prácticas y os convirtáis al Dios vivo, que creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen.


Prosiguieron su camino, y, al llegar a un lugar donde había agua, dijo el etíope: - Mira, aquí hay agua. ¿Hay algún impedimento para bautizarme?


Respondió Felipe: 'No lo hay, si crees con toda sinceridad'. Y el etíope contestó: 'Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.'


y bien pronto empezó a proclamar en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios.


y manifestado, en virtud de su resurrección, como Hijo poderoso de Dios en cuanto a su condición de espíritu santificador.


como no lo es Jesucristo, el Hijo de Dios, a quien yo, juntamente con Silvano y Timoteo, anuncié entre vosotros. En Cristo, todo ha sido 'sí';


Y bien que se os nota que sois carta de Cristo redactada por mí; una carta no escrita con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en frías tablas de piedra, sino en las páginas palpitantes del corazón.


¿Es que puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios vivo. Así lo ha dicho Dios mismo: En medio de ellos habitaré y caminaré a su lado; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Porque todos se hacen lenguas de la acogida que nos dispensasteis y de cómo renunciasteis a los ídolos y os pusisteis a servir al Dios vivo y verdadero,


aunque es posible que me retrase. De ser así, podrás saber por esta carta cómo debes comportarte en la casa de Dios, es decir, en la iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.


Si, en efecto, nos fatigamos y luchamos, es porque hemos puesto la esperanza en Dios vivo, salvador de todos los hombres, en especial de los creyentes.


¡Terrible cosa ha de ser caer en las manos del Dios viviente!


Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial. Allí está la multitud de los ángeles en fiesta;


Cuidad, hermanos, de que ninguno de vosotros tenga un corazón incrédulo y perverso que le aparte del Dios vivo.


Pues ¡cuánto más eficaz será la sangre de Cristo, que, bajo la acción del Espíritu eterno, se ha ofrecido sin mancha a Dios! ¡Cuánto más capaz será esa sangre de limpiar nuestra conciencia para que podamos entregarnos al servicio del Dios viviente!


Quien proclama que Jesús es el Hijo de Dios, vive en Dios y Dios vive en él.


Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al verdadero. Con él estamos unidos mediante su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.


pues solamente quien cree que Jesús es el Hijo de Dios, es capaz de triunfar sobre el mundo.


Desde el Oriente, entre tanto, subía otro ángel, que llevaba consigo el sello del Dios vivo y que gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de arrasar la tierra y el mar. Les decía:


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