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Marcos 11:14 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

14 Entonces Jesús exclamó de forma que sus discípulos lo oyeran: - ¡Nunca jamás coma nadie fruto de ti!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces Jesús dijo al árbol: «¡Que nadie jamás vuelva a comer tu fruto!». Y los discípulos lo oyeron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces Jesús dijo a la higuera: '¡Que nadie coma fruto de ti nunca jamás!' Y sus discípulos lo oyeron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 No obstante, le dirigió la palabra, diciendo:° ¡Nunca jamás° coma nadie fruto de ti! Y lo oían sus discípulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y dirigiéndose a ella, le dijo: 'Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti'. Sus discípulos lo estaban oyendo.

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Marcos 11:14
15 Referans Kwoze  

Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella; pero la higuera sólo tenía hojas. Entonces le dijo: - ¡Nunca más vuelvas a dar fruto! Y en aquel mismo instante se secó la higuera.


Escuchad esta otra parábola: Una vez, el amo de la finca plantó una viña, la cercó con una valla, construyó un lagar y levantó una torre para vigilarla; luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.


(En cuanto a la piedra, el que caiga sobre ella, se estrellará, y a quien la piedra le caiga encima, le aplastará.)


Ya está el hacha preparada para cortar de raíz los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado al fuego.


Los árboles que dan mal fruto se cortan y se hace una hoguera con ellos.


Al ver de lejos una higuera muy frondosa, se acercó a ella a ver si tenía fruto; pero sólo tenía hojas, porque aún no era el tiempo de los higos.


Llegaron a Jerusalén, y, habiendo entrado en el templo, Jesús se puso a expulsar a los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los cambistas de moneda y los puestos de los vendedores de palomas,


Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.


Estos les sucede a los que, habiendo sido liberados de la corrupción del mundo por haber conocido al Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y atrapar en ella; su situación final resulta peor que la primera.


Ya casi igual da que el pecador siga pecando, que el manchado se manche aún más, que el bueno se haga mejor y que el consagrado a Dios se entregue aún más a él.


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