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Lucas 9:41 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

41 Jesús exclamó: - ¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Trae acá a tu hijo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 —Gente corrupta y sin fe —dijo Jesús—, ¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Entonces le dijo al hombre: —Tráeme a tu hijo aquí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Jesús respondió: 'Gente incrédula y extraviada, ¿hasta cuándo estaré entre ustedes y tendré que soportarlos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Entonces Jesús respondió y dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa!° ¿Hasta cuándo estaré con vosotros y os soportaré? ¡Trae acá a tu hijo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Jesús respondió: '¡Oh generación incrédula y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo'.

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Lucas 9:41
31 Referans Kwoze  

¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso!


Jesús les contestó: - ¡Gente mala e infiel! Pedís una señal milagrosa, pero no tendréis más señal que la del profeta Jonás.


Entonces va, reúne a otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir allí, de manera que la situación de ese hombre resulta peor al final que al principio. Así le sucederá a esta gente mala.


¡Gente mala e infiel! Pedís una señal que os convenza, pero no tendréis más señal que la del profeta Jonás! - Y, dejándolos, se fue.


Jesús exclamó: - ¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros?Traedme acá al muchacho.


¡Os aseguro que el castigo merecido caerá sobre esta gente de hoy!


Pero a muchos fariseos y saduceos que acudían a recibir el bautismo, Juan les decía: - ¡Hijos de víbora! ¿Quién os ha avisado para que huyáis del inminente castigo?


pero Jesús, al verlo, se enojó y les dijo: - Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de los que son como ellos.


Entonces Jesús se detuvo y dijo: - Llamadle. Llamaron al ciego, diciéndole: - Ten confianza, levántate, él te llama.


Jesús exclamó: - Gente incrédula, ¿hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traedme al muchacho.


Después les dijo: - ¿Dónde está vuestra fe? Pero los discípulos, llenos de miedo y asombro, se decían unos a otros: - ¿Quién es éste, que hasta a los vientos y al mar da órdenes y le obedecen?


He pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no lo han conseguido.


Cuando el muchacho se acercaba a Jesús, el demonio le derribó al suelo y le hizo retorcerse. Jesús entonces increpó al espíritu impuro, curó al muchacho y lo devolvió a su padre.


Entonces intervino Felipe: - Señor, muéstranos al Padre; con eso nos conformamos.


Después dijo a Tomás: - Trae aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente.


Los soportó durante cerca de cuarenta años en el desierto,


Con estas y otras muchas razones los instaba y animaba, diciendo: - Poneos a salvo de este mundo corrompido.


¿Te es, acaso, indiferente la inagotable bondad, paciencia y generosidad de Dios, y no te das cuenta de que es precisamente esa bondad la que está impulsándote a cambiar de conducta?


Vemos así con toda claridad que no pudieron entrar por falta de fe.


Esforcémonos, pues, nosotros por entrar en el descanso que Dios ofrece, de manera que nadie caiga como cayeron aquellos rebeldes.


La buena noticia nos ha sido anunciada tanto a nosotros como a ellos; sólo que a ellos de nada les sirvió haberla oído, pues no hicieron causa común con quienes le escucharon con fe.


Puede, por tanto, salvar de forma definitiva a quienes por medio de él se acercan a Dios; no en vano vive siempre intercediendo por ellos.


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