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Lucas 7:13 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

13 El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: - No llores.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: 'No llores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Al verla, el Señor fue movido a compasión a causa de ella, y le dijo: No llores.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Al verla, el Señor sintió compasión de ella y le dijo: 'No llores más'.

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Lucas 7:13
36 Referans Kwoze  

- Me da lástima esta gente. Ya hace tres días que están conmigo y no tienen nada que comer.


Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a todos los pueblos y lugares que pensaba visitar.


Una vez estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó de orar, uno de los discípulos le dijo: - Señor, enséñanos a orar, lo mismo que Juan enseñaba a sus discípulos.


Entonces el Señor le dijo: - Vosotros los fariseos limpiáis la copa y la bandeja por fuera, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y maldad.


El Señor le contestó: - Vosotros portaos como el administrador fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la casa y le encarga que a su hora tenga dispuestas las raciones de comida para la servidumbre.


Pero el Señor, en respuesta, le dijo: - ¡Hipócritas! ¿Quién de vosotros no desata su buey o su asno del pesebre y los lleva a beber aunque sea día festivo?


Los apóstoles dijeron al Señor: - Aumenta nuestra fe.


El Señor les contestó: - Si tuvierais fe, aunque sólo fuera como un grano de mostaza, le diríais a esta morera: 'Quítate de ahí y plántate en el mar' , y os obedecería.


El Señor añadió: - Ya habéis oído lo que dijo aquel mal juez.


Zaqueo, por su parte, se puso en pie y, dirigiéndose al Señor, dijo: - Señor, estoy decidido a dar a los pobres la mitad de mis bienes y a devolver cuatro veces más a los que haya defraudado en algo.


En aquel momento, el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: 'Hoy mismo, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces.'


Entraron, pero no encontraron el cuerpo de Jesús, el Señor;


los cuales les dijeron que era verdad que el Señor había resucitado y que Simón le había visto.


Cerca ya de la entrada del pueblo, se encontraron con una comitiva fúnebre que salía de él. Llevaban a enterrar a un joven, hijo único de su madre, que era viuda.


Y, acercándose al féretro, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús exclamó: - ¡Muchacho, a ti te lo digo: levántate!


y los envió a preguntar al Señor: - ¿Eres tú el que había de venir o debemos esperar a otro?


En la casa, todos estaban llorando y haciendo duelo por la muerte de la niña. Jesús les dijo: - No lloréis, porque no está muerta; está dormida.


(María, hermana de Lázaro, el enfermo, era la misma que derramó perfume sobre los pies del Señor y se los secó con sus cabellos.)


Las hermanas de Lázaro mandaron a Jesús este recado: - Señor, tu amigo está enfermo.


Los ángeles le preguntaron: - Mujer, ¿por qué lloras? Ella contestó: - Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde le han puesto.


Jesús le preguntó: - Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién estás buscando? Ella, creyendo que era el jardinero, le contestó: - Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo misma iré a recogerlo.


Los fariseos se enteraron de que cada vez aumentaba más el número de los seguidores de Jesús y que bautizaba incluso más que Juan.


Llegaron entre tanto de la ciudad de Tiberíades unas barcas y atracaron cerca del lugar en que la gente había comido el pan cuando el Señor pronunció la acción de gracias.


los que lloran, como si no lloraran; los que gozan, como si no gozaran; los que compran, como si no fuera suyo lo comprado;


Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de aquellos que ya han muerto. Así no estaréis tristes, como los que carecen de esperanza.


Por ello tenía que ser en todo semejante a sus hermanos. ¿Cómo, si no, podría llegar a ser un sacerdote compasivo y fiel en las cosas que se refieren a Dios y alcanzar el perdón de los pecados del pueblo?


Pues no es él un sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; todo lo contrario, ya que, excepto el pecado, ha pasado por las mismas pruebas que nosotros.


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