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Lucas 22:69 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

69 Sin embargo, desde ahora mismo, el Hijo del hombre se sentar en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso.

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Biblia Reina Valera 1960

69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

69 Sin embargo, desde ahora, el Hijo del Hombre estará sentado en el lugar de poder, a la derecha de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

69 Desde ahora, sin embargo, el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha del Dios Poderoso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

69 Pero desde ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del Poder de Dios'.

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Lucas 22:69
19 Referans Kwoze  

Dijo el Señor a mi Señor: 'Siéntate a mi derecha hasta que yo ponga a tus enemigos debajo de tus pies? '


Jesús le respondió: - Tú lo has dicho. Pero añadiré que en adelante veréis al Hijo del hombre sentado en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


Jesús respondió: - Sí, lo soy; y vosotros veréis al Hijo del hombre sentado en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso y viniendo entre las nubes del cielo.


Después de hablar a sus discípulos, Jesús, el Señor, ascendió al cielo y se sentó al lado de Dios, en el lugar de honor.


y si os hago preguntas, no me vais a contestar.


¿Quién se atreverá a condenarnos? ¡Cristo Jesús es quien murió; más aún, resucitó y está al lado de Dios, en el lugar de honor intercediendo por nosotros!


¡Habéis resucitado con Cristo! Orientad, pues, vuestra vida hacia el cielo, donde está Cristo sentado al lado de Dios, en el lugar de honor.


Y el Hijo, que es reflejo resplandeciente de la gloria de Dios e imagen perfecta de su ser, sostiene el universo valiéndose de su palabra poderosa, y, después de habernos purificado del pecado, comparte en las alturas, junto al trono de Dios, su poder soberano.


Nuestra meta ha de ser Jesús, origen y plenitud de nuestra fe; Jesús, que, renunciando a una vida placentera, afrontó sin acobardarse la muerte ignominiosa de la cruz y ahora comparte el poder soberano de Dios.


Este es, pues, el punto central de cuanto venimos diciendo: que tenemos, junto al mismo trono celestial de Dios, un sumo sacerdote


que, ascendido al cielo, comparte el poder soberano de Dios y tiene bajo bajo su autoridad a todas las potencias celestiales.


El ángel me enseñó también un río de agua viva, transparente como el cristal, que manaba del trono de Dios y del Cordero.


Al vencedor le sentaré en mi trono, junto a mí, así como yo he vencido y me he sentado junto a mi Padre en su mismo trono.


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