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Juan 8:20 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

20 Jesús hizo estas manifestaciones cuando estaba enseñando en el templo, en el lugar donde se encuentran los cofres destinados a recoger ofrendas. Pero nadie se atrevió a prenderle, porque todavía no había llegado su hora.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en la parte del templo conocida como la tesorería, pero no lo arrestaron, porque aún no había llegado su momento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Jesús dijo estas cosas en el lugar donde se reciben las ofrendas, cuando estaba enseñando en el Templo, pero nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Estas palabras habló en la tesorería,° mientras enseñaba en el templo, y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Estas palabras las dijo junto al tesoro, mientras estaba enseñando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

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Juan 8:20
17 Referans Kwoze  

Entonces dijo Jesús a aquel tropel de gente: - ¿Por qué habéis venido a arrestarme con espadas y palos, como si fuera un ladrón? Todos los días he estado entre vosotros enseñando en el templo, y no me habéis arrestado.


Los jefes de los sacerdotes recogieron aquellas monedas y dijeron: - Este dinero está manchado de sangre. No podemos ponerlo en el cofre de las ofrendas.


Jesús, sentado en el templo frente al arca de las ofrendas, estaba mirando como la gente echaba dinero en ella. Muchos ricos echaban en cantidad.


Jesús llamó entonces a los discípulos y les dijo: - Os aseguro que esta viuda pobre ha echado en el arca más que todos los demás.


Los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataron de echarle mano en aquel mismo momento; y si no lo hicieron fue porque temían al pueblo.


Jesús estaba en el templo, y veía cómo los ricos echaban dinero en el arca de las ofrendas.


A la vista de estos discursos, los judíos intentaron, una vez más, apresar a Jesús; pero él se les escapó de las manos.


Jesús le respondió: - ¡Mujer! No te metas en mis cosas; mi hora no ha llegado todavía.


Mediada ya la fiesta, Jesús se presentó en el templo y se puso a enseñar .


Intentaron entonces detenerle, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.


Algunos querían detenerle, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima.


Id vosotros a la fiesta. Yo no voy, pues aún no ha llegado mi hora.


Por la mañana temprano volvió al templo, y toda la gente se reunió en torno a él. Se sentó y comenzó a enseñarles.


Ante tal afirmación, los judíos intentaron apedrearle; pero Jesús se escondió y salió del templo.


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