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Juan 11:44 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

44 Y Lázaro salió de la tumba. Tenía las manos y los pies ligados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: - Quitadle las vendas y dejadle andar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un velo. Jesús les dijo: 'Desátenlo y déjenlo caminar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Y el que había muerto salió, atados los pies y las manos con vendas. Y su rostro había sido envuelto en un sudario. Jesús les dice: ¡Desatadlo y dejadlo ir!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Salió el muerto, con los pies y las manos atadas con vendas, y con el rostro envuelto en un sudario. Díceles Jesús: 'Desatadlo y dejadle que camine'.

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Juan 11:44
20 Referans Kwoze  

Jesús ordenó severamente que no contaran a nadie lo sucedido, y mandó dar de comer a la niña.


Pero luego se presentó otro criado, diciendo: 'Señor, aquí tienes tu dinero. Lo he guardado bien envuelto en un pañuelo


El muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.


Jesús les ordenó: - Quitad la piedra. Marta le advirtió: - Señor, tiene que oler ya, pues hace cuatro días que murió.


Dicho esto, exclamó con voz potente: - ¡Lázaro, sal fuera!


Entre ambos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas de lino bien empapadas en la mezcla de mirra y áloe, según acostumbraban hacer los judíos para sepultar a sus muertos.


Se asomó al interior y vio que las vendas de lino estaban allí en el suelo; pero no entró.


lo mismo que el paño que había colocado alrededor de la cabeza de Jesús. Sólo que el paño no estaba con las vendas, sino bien doblado y colocado aparte.


Porque así como el Padre resucita a los muertos, dándoles vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.


Os aseguro que está llegando el momento, mejor dicho, ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan volverán a la vida.


El será quien transforme nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que le permite dominar todas las cosas.


Apenas le vi, caí fulminado a sus pies; pero él me tocó con su mano derecha y me dijo:


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