El pueblo israelita recibió la Ley en estrecha conexión con el sacerdocio levítico. Ahora bien, si el alcanzar la salvación estuviera en manos de ese sacerdocio, ¿qué necesidad habría de que surgiese un sacerdote distinto, según el rango de Melquisedec? Bastaba con un sacerdote perteneciente al rango de Aarón.
Eran simplemente alimentos, bebidas o ritos purificatorios diversos, observancias todas ellas exteriores y válidas únicamente hasta que Dios instaurase el nuevo orden de cosas.