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Gálatas 4:9 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

9 Pero ahora que ya conocéis a Dios, o, mejor dicho, ahora que sois objeto del conocimiento amoroso de Dios, ¿cómo es que volvéis a dejaros esclavizar por esas realidades terrenas que no tienen fuerza ni valor?

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Biblia Reina Valera 1960

9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Así que ahora que conocen a Dios (o mejor dicho, ahora que Dios los conoce a ustedes), ¿por qué quieren retroceder y convertirse otra vez en esclavos de los débiles e inútiles principios espirituales de este mundo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 pero si ahora conocen a Dios o, más bien, Dios los ha conocido a ustedes, ¿cómo pueden volver a normas y principios miserables y sin fuerza? ¿Quieren ser de nuevo sus esclavos?

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Pero ahora, conociendo a Dios, o más bien, habiendo sido conocidos por Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos,° a los cuales os queréis volver a esclavizar de nuevo?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 pero ahora, que conocéis a Dios, o mejor, que sois conocidos por Dios, ¿cómo volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los que de nuevo queréis esclavizaros?

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Gálatas 4:9
30 Referans Kwoze  

Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.


El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos.


Yo soy el buen pastor. Como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre, así conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Y doy mi vida por mis ovejas.


Mis ovejas reconocen mi voz, yo las conozco, y ellas me siguen.


(Y la vida eterna consiste en que te reconozcan a ti como único Dios verdadero, y a Jesucristo como tu enviado.)


A quienes Dios conoció de antemano, los destinó igualmente, desde un principio, a reproducir en ellos mismos los rasgos de su Hijo, de modo que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.


Es decir, Dios mismo ha realizado lo que no estaba al alcance de una ley condicionada por la debilidad de la naturaleza humana. El envió a su Hijo como sacrificio por el pecado, y, valiéndose de la naturaleza humana del Hijo - a quien hizo compartir nuestra misma condición pecadora -, dictó sentencia condenatoria contra el pecado.


Ahora vemos confusamente, como por medio de un espejo; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco sólo de forma limitada; entonces conoceré del todo, como Dios mismo me conoce.


Es de esperar que retornéis al buen camino y no sigáis pecando; pues, para vergüenza vuestra, tengo que deciros que algunos de vosotros desconocen a Dios.


Pero si ama a Dios, entonces es objeto del conocimiento amoroso de Dios.


Aunque os tiranicen, y os exploten, y os traten con arrogancia, y os golpeen en pleno rostro, todo lo soportáis.


Pues el mismo Dios que dijo: Resplandezca la luz desde el seno de las tinieblas, la ha hecho resplandecer en nuestros corazones, dándonos a conocer por ella la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo.


Vuestra insensatez no tiene límites. Si el Espíritu estuvo en el origen de nuestra fe, ¿vais a terminar confiado en lo humano?


Lo mismo sucede con nosotros: durante nuestra minoría de edad nos han esclavizado las realidades terrenas más elementales.


Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre, a quien toda gloria pertenece, os otorgue un espíritu de sabiduría y una revelación interior que os haga conocerle profundamente.


Pero Dios ha puesto un fundamento inconmovible bajo este lema: 'El Señor sabe muy bien quiénes son suyo'; y bajo este otro: 'Aléjese de la iniquidad todo el que invoca el nombre del Señor.'


Esto significa que el viejo orden de cosas, por endeble e inútil, ha quedado abolido.


Estos les sucede a los que, habiendo sido liberados de la corrupción del mundo por haber conocido al Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y atrapar en ella; su situación final resulta peor que la primera.


Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al verdadero. Con él estamos unidos mediante su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.


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