Gálatas 3:23 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

²³ Antes de llegar a la fe éramos prisioneros de la Ley, esperando encarcelados que se manifestase la fuerza de la fe.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²³ Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²³ Antes de que se nos abriera el camino de la fe en Cristo, estábamos vigilados por la ley. Nos mantuvo en custodia protectora, por así decirlo, hasta que fuera revelado el camino de la fe.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²³ Hasta que no llegaran los tiempos de la fe, la Ley nos guardaba bajo llave, a la espera de la fe que se iba a revelar.

La Biblia Textual 3a Edicion

²³ Y antes que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que iba a ser revelada.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²³ Antes de que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la custodia de la ley, en espera de la fe que había de revelarse.

Gálatas 3:23 Referans Kwoze

Juan 3:34

Porque, cuando habla aquel a quien Dios ha enviado, es Dios mismo quien habla, ya que Dios le ha comunicado plenamente su Espíritu.

Romanos 11:32

En una palabra, Dios ha permitido que todos seamos rebeldes para tener compasión de todos.

Romanos 3:19

Ahora bien, es sabido que todo lo que dice la Ley, se lo dice a quienes están bajo su yugo. De ese modo, no hay hombre que no quede en evidencia, y el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios.

Gálatas 3:19

Así las cosas, ¿qué sentido tiene la ley de Moisés? Se añadió con el fin de señalar lo que era pecado hasta el momento en que llegase Cristo, el descendiente prometido. La Ley fue promulgada por medio de ángeles, actuando Moisés de intermediario.

Gálatas 4:21

Vosotros, los que os empeñáis en vivir bajo la ley de Moisés, decidme: ¿habéis escuchado acaso lo que ella dice?

Gálatas 5:18

Pero, si os guía el Espíritu, ya no estáis bajo el dominio de la Ley.

Hebreos 11:13

Todos éstos murieron sin haber recibido lo prometido, pero lo vieron con los ojos de la fe y lo saludaron de lejos, reconociendo así que eran extranjeros y gente de paso sobre la tierra.

Hebreos 12:2

Nuestra meta ha de ser Jesús, origen y plenitud de nuestra fe; Jesús, que, renunciando a una vida placentera, afrontó sin acobardarse la muerte ignominiosa de la cruz y ahora comparte el poder soberano de Dios.