Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Gálatas 3:13 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

13 Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la Ley, haciéndose por nosotros maldito. Que no en vano afirma la Escritura: Maldito sea todo el que pende de un madero.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la Ley, al hacerse maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

13 El Mesías nos libertó de la maldición de la ley, hecho maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.

Gade chapit la Kopi




Gálatas 3:13
43 Referans Kwoze  

porque esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos para perdón de los pecados.


Judas arrojó entonces el dinero en el templo. Luego fue y se ahorcó.


El Dios de nuestros antepasados ha resucitado a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero.


quien fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para ser nuestra salvación.


Con gusto aceptaría convertirme en objeto de maldición, separado incluso de Cristo, si eso redundara en beneficio de mis hermanos de raza.


Cristo fue del todo inocente; más, por nosotros, Dios le trató como al propio pecado, para que por medio de él experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.


Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la Ley están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no cumpla en todo momento lo escrito en el libro de la Ley.


para liberarnos del yugo de la Ley y alcanzarnos la condición de hijos adoptivos de Dios.


y haced del amor norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio que Dios recibe con agrado.


El se entregó por nosotros a fin de liberarnos de toda maldad y convertirnos en pueblo suyo limpio y elegido, totalmente entregado a la práctica del bien.


En él ha entrado Cristo una vez por todas; no con sangre de machos cabríos o de toros, sino con la suya propia, alcanzándonos así una liberación imperecedera.


Por eso mismo, Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte ha obtenido el perdón de los delitos cometidos durante los tiempos de la antigua alianza, haciendo posible que los elegidos consigan la herencia eterna prometida.


ya que, de haberse ofrecido a sí mismo muchas veces, otras tantas tendría que haberse padecido y muerto desde que existe el mundo. No; Cristo se ha manifestado una sola vez ahora, en el momento culminante de la historia, destruyendo el pecado con el sacrificio de sí mismo.


De manera semejante, Cristo se ofreció una sola vez en sacrificio para quitar los pecados de los hombres; después se mostrará por segunda vez, pero ya no en relación con el pecado, sino para bien de quienes esperan de él la salvación definitiva.


Cristo subió al madero cargando sobre sí nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, salvados a costa de sus heridas;


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


¿Qué dónde radica el amor? No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que nos alcanzase el perdón de nuestros pecados.


Juan a las siete Iglesias de la provincia de Asia: Gracia y paz de parte de Dios, que es, que era y que está para llegar; de parte de los siete espíritu que rodean su trono,


Entre todos los habitantes de la tierra, sólo los inscritos en el libro de la vida del Cordero degollado dejarán de rendir vasallaje a la bestia.


Cantaban un cántico nuevo, que decía: -Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite