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2 Timoteo 4:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 proclama el mensaje e insiste en todo momento, tanto si gusta como si no gusta. Argumenta, reprende, exhorta, echando mano de toda tu paciencia y tu competencia en enseñar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 predica la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo, amenazando o aconsejando, siempre con paciencia y dejando una doctrina.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Predica la Palabra, insiste a tiempo y fuera de tiempo, redarguye,° exhorta y reprende con toda paciencia y doctrina.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, increpa, exhorta, con toda comprensión y sin cejar en la enseñanza.

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2 Timoteo 4:2
36 Referans Kwoze  

¡Y felices aquellos para quienes yo no soy causa de tropiezo!


Los enviados fueron, pues, a Jesús y le suplicaron con insistencia: - Este hombre merece que le ayudes,


Jesús le contestó: - Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú dedícate a anunciar el reino de Dios.


A su llegada a Salamina comenzaron a proclamar el mensaje de Dios en las sinagogas judías. Como colaborador llevaban a Juan.


y el primer día festivo salimos de la ciudad y nos encaminamos hacia un lugar en la orilla del río donde teníamos entendido que se reunían los judíos para orar. Allí tomamos asiento y entablamos conversación con algunas mujeres que habían acudido.


El domingo nos reunimos para celebrar la cena del Señor. Pablo se puso a hablarles, y, como tenía que marcharse al día siguiente, se extendió en su charla hasta medianoche.


Al llegar a Roma, recibió Pablo autorización para residir en un domicilio particular, con un soldado que le vigilara.


Y, finalmente, ¿cómo va a proclamarse ese mensaje, si no existen los mensajeros? Por eso dice la Escritura: ¡Bien venidos sean los que llegan anunciando buenas nuevas!


Que la esperanza os mantenga alegres, las dificultades no os hagan perder el ánimo y la oración no cese en vuestros labios.


Por su parte, el que recibe instrucciones en la fe, debe compartir todos sus bienes con el que le enseña.


Dios me ha hecho servidor de esa Iglesia y me ha confiado la tarea de llevar a plenitud en vosotros su mensaje:


Y de paso rogad a Dios por mí, para que me facilite la tarea de anunciar el plan secreto de Dios realizado en Cristo, por el cual me encuentro ahora encarcelado.


Por vuestra parte, seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo el mensaje con la alegría que produce el Espíritu Santo, a pesar de los muchos sufrimientos que se os derivaron.


Hermanos, os recomendamos finalmente que corrijáis a los indisciplinados , animéis a los tímidos y sostengáis a los débiles, teniendo paciencia con todos.


ni despreciéis los dones proféticos.


Conságrate, en espera de mi llegada, a la lectura pública de las Escrituras, a la exhortación y a la enseñanza.


Reprende públicamente a los que pequen. Así escarmentarán los demás.


Pues bien, si alguien quiere ser utensilio para usos nobles, consagrado, útil al Señor y a punto para toda obra buena, preciso será que se purifique de todo lo malo.


Ha de corregir con dulzura a los contradictores. ¡Quién sabe si no les concederá Dios ocasión de convertirse y conocer la verdad;


Tú, en cambio, has seguido de cerca mi enseñanza, mi estilo de vida y mis planes. Has imitado mi fe, mi mansedumbre, mi amor y mi paciencia.


Y no dijo mal. Por eso, corrígelos con severidad, a fin de que se mantengan incólumes en la fe.


Acerca de todas estas cosas has de hablar, aconsejar y reprender con plena autoridad. Y que nadie te haga de menos.


Me atrevo a pediros, hermanos, que aceptéis de buen talante esta larga exhortación que os envío acompañada tan sólo de unas líneas.


Yo reprendo y castigo a los que amo. Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.


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