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2 Pedro 3:18 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

18 Y creced en gracia y en conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y por siempre. Amén.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesús el Mesías. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Creced en gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y para el día de la eternidad. [Amén.]

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2 Pedro 3:18
26 Referans Kwoze  

y enseñándoles a cumplir lo que yo os he encomendado. Y sabed esto: que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.


No permitas que nos apartemos de ti, y líbranos del maligno.


(Y la vida eterna consiste en que te reconozcan a ti como único Dios verdadero, y a Jesucristo como tu enviado.)


Y quiere que todos den al Hijo el mismo honor que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que le ha enviado.


El es origen, camino y meta de todas las cosas. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.


Pues el mismo Dios que dijo: Resplandezca la luz desde el seno de las tinieblas, la ha hecho resplandecer en nuestros corazones, dándonos a conocer por ella la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo.


Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre, a quien toda gloria pertenece, os otorgue un espíritu de sabiduría y una revelación interior que os haga conocerle profundamente.


Y, viviendo, en cambio, con autenticidad en el amor, esforcémonos por crecer en todo, puesta la mira en aquel que es la cabeza: Cristo.


Más aún, sigo pensando que nada vale la pena en comparación con ese bien supremo que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él renuncié a todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.


Vuestro estilo de vida será así totalmente digno y agradable al Señor; daréis fruto en toda suerte de obras buenas y creceréis en el conocimiento de Dios.


y convertíos en hombres nuevos, hombres que van renovándose sin cesar a imagen de su Creador, en busca de un conocimiento cada vez más profundo.


Hermanos, incesantemente debemos dar gracias a Dios por vosotros. Es justo que lo hagamos así, ya que vuestra fe crece vigorosa y es mayor cada vez el amor que os tenéis unos a otros.


seguirá librándome de todo lo malo y me dará la salvación en su reino celestial. A él la gloria por siempre. Amén.


Como niños recién nacidos, nutríos de la leche pura del Espíritu para que con ella crezcáis en lo que respecta a la salvación,


Es más, se os abrirá bien ancha la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


La gracia y la paz se os hagan cada vez más abundantes por el conocimiento de Dios y de Jesús, nuestro Señor.


Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo necesario para una vida de auténtica fe al llevarnos al conocimiento de quienes nos llamó por su propia gloria y fuerza poderosa.


Que, si de todas estas virtudes sois ricos, no quedaréis inactivos y sin frutos en cuanto al conocimiento de nuestro señor Jesucristo se refiere.


Estos les sucede a los que, habiendo sido liberados de la corrupción del mundo por haber conocido al Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y atrapar en ella; su situación final resulta peor que la primera.


Sólo Dios, nuestro Salvador, puede manteneros limpios de pecados y conduciros alegres e intachables hasta su gloriosa presencia. A él sea la gloria, la majestad, la soberanía y el poder, por medio de nuestro Señor Jesucristo, desde antes de todos los tiempos, ahora y por los siglos de los siglos sin fin. Amén.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de todos los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,


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