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2 Pedro 2:10 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

10 sobre todo a quienes corren en pos de impuras apetencias carnales y desprecian la autoridad del Señor. Osados y arrogantes, injurian sin recato a los seres gloriosos,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Él trata con particular severidad a los que se entregan a sus propios deseos sexuales pervertidos y desprecian la autoridad. Estas personas son orgullosas y arrogantes, y hasta se atreven a insultar a los seres sobrenaturales sin ni siquiera temblar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espíritus caídos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y mayormente a los que van detrás de la carne en concupiscencia de contaminación, y desprecian la autoridad. Atrevidos, arrogantes, que no tiemblan al hablar mal de° las potestades superiores;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y desprecian el señorío divino. Osados, arrogantes, no temen insultar a los seres gloriosos,

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2 Pedro 2:10
38 Referans Kwoze  

Al llegar, la encuentra barrida y arreglada.


Como los súbditos del país odiaban a aquel hombre, a espaldas suyas enviaron una delegación que declarase: 'No queremos que ése reine sobre nosotros.'


- Hermanos - respondió Pablo -, ignoraba que fuera el sumo sacerdote; efectivamente, la Escritura ordena: No maldecirás al jefe de tu pueblo.


Ahora, pues, ninguna condena pesa ya sobre aquellos que están injertados en Cristo Jesús.


¿Ignoráis acaso que los que hacen el mal no tendrán parte en el reino de Dios? No os llaméis a engaño: ni los lujuriosos,


Soy, ciertamente, un hombre frágil, pero no son motivos humanos los que me impulsan a luchar;


Perdida la vergüenza, se han entregado al vicio, a toda suerte de impureza y a la avaricia.


Tened bien entendido que ningún lujurioso, ningún indecente, ningún avaro - la avaricia es una especie de idolatría -, tendrá parte en la herencia del reino de Cristo y de Dios.


Destruid lo mucho de mundano que hay en vosotros: la lujuria, la impureza , las pasiones desenfrenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una especie de idolatría.


Pues no nos ha llamado Dios a una vida impura, sino a una vida propia de consagrados.


Los hombres se volverán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, calumniadores, rebeldes a sus padres, desagradecidos, sacrílegos.


Es preciso, en efecto, que el dirigente de la Iglesia, como dispensador que es de los dones de Dios, sea un hombre irreprochable. No debe ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni pendenciero, ni amigo de negocios sucios.


Que todos respeten el matrimonio y mantengan limpia su vida conyugal, pues el juicio de Dios se abatirá sobre los adúlteros y lujuriosos.


Sabed ante todo que en los últimos días harán acto de presencia charlatanes escépticos, que vivirán a su antojo y andarán diciendo en son de burla:


Distinto fue el proceder del arcángel Miguel cuando disputaba al diablo el cuerpo de Moisés. Ni siquiera se atrevió a lanzarle una acusación injuriosa; simplemente dijo: 'Que el Señor te reprenda'.


Viene para desenmascarar a los malvados por todas las acciones criminales que han cometido, para tapar la boca a los impíos que han hablado contra él con insolencia.'


Pero vosotros, queridos hermanos, recordad lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.


Queridos hermanos, ardía yo en deseos de escribiros acerca de un asunto que a todos nos concierne: el de nuestra salvación. Pero ahora debo hacerlo forzado por las circunstancias, pues es preciso alentaros a combatir en defensa de la fe que definitivamente fue un día confiada a los cristianos.


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