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2 Pedro 1:1 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

1 Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo, a los que, en virtud de la fuerza salvadora de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, les ha sido otorgada, lo mismo que a nosotros, una fe de tan alto valor.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Yo, Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, les escribo esta carta a ustedes, que gozan de la misma preciosa fe que tenemos. Esta fe les fue concedida debido a la justicia e imparcialidad de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Carta de Simeón Pedro, servidor y apóstol de Cristo Jesús, a todos aquellos que tuvieron la suerte, como la tuvimos nosotros, de recibir una fe tan preciosa y de ser renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Simeón° Pedro, un siervo y apóstol de Jesús el Mesías, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesús el Mesías, han alcanzado una fe igualmente preciosa que la nuestra:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo:

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2 Pedro 1:1
40 Referans Kwoze  

Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero, Simón,llamado Pedro, y su hermano Andrés; santiago y su hermano Juan,hijos de Zebedeo;


Iba Jesús paseando por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: Simón, también llamado Pedro, y Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua.


Mi corazón está lleno de alegría a causa de Dios, mi Salvador,


Por eso, Dios ha dicho en su sabiduría: Yo les enviaré mensajeros y apóstoles; a unos matarán y a otros perseguirán.


Y se lo presentó a Jesús, quien fijando en él la mirada, le dijo: - Tú eres Simón, hijo de Juan; en adelante te llamarás Cefas (es decir Pedro).


Si alguien quiere servirme, que me siga. Correrá la misma suerte que yo. Y todo el que me sirva será honrado por mi Padre.


Jesús volvió a decirles: - La paz esté con vosotros. Y añadió: - Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros.


Simón ha contado cómo Dios, desde el principio, se ha preocupado de los no judíos, escogiendo entre ellos un pueblo para sí.


Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús. Dios me eligió para ser apóstol y me destinó a proclamar su mensaje de salvación,


Aunque en realidad se trataría de animarnos mutuamente con esa fe de la que tanto vosotros como yo participamos.


Por él se nos da a conocer el hecho de que Dios nos restablece en su amistad por medio de una fe en continuo crecimiento. Lo dice la Escritura: Aquel a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe alcanzará la vida.


A vosotros Dios os ha injertado en Cristo Jesús, que se ha convertido a su vez, para nosotros, en sabiduría, en fuerza salvadora, santificadora y liberadora.


que soy el más pequeño entre los apóstoles y que no merezco el nombre de apóstol, por cuanto perseguí a la iglesia de Dios.


¿No soy yo libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Señor? Si vosotros sois cristianos, ¿no es eso el fruto de mis sudores?


Pero como tenemos aquel espíritu de fe al que alude la Escritura cuando dice: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos y, en consecuencia, hablamos.


Cristo fue del todo inocente; más, por nosotros, Dios le trató como al propio pecado, para que por medio de él experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.


El mismo Dios que ha hecho a Pedro apóstol para los judíos, me ha hecho a mí apóstol para las demás naciones.


Se trata del plan que Dios tuvo escondido para los hombres del pasado, y que ahora, en cambio, ha dado a conocer, por medio del Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas.


El es quien a unos ha hecho apóstoles; a otros, profetas; a otros, anunciadores del mensaje salvador; a otros, encargados de dirigir y enseñar a los creyentes.


Sólo hay un Señor, sólo una fe, sólo un bautismo.


Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los creyentes cristianos que viven en Filipos, junto con sus respectivos dirigentes y colaboradores.


A vosotros se os ha concedido el privilegio no sólo de creer en Cristo, sino de padecer por él,


Quiero estar unido a él, no en fuerza de que yo haya cumplido la Ley, sino por haber creído en Cristo, es decir, en virtud de la fuerza salvadora que Dios nos concede como respuesta a la fe.


evocando tu sincera fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y que no dudo tienes tú también!


Pablo, servidor de Dios y apóstol de Jesucristo para hacer que los elegidos de Dios lleguen a la fe y al conocimiento de la verdad manifestada en un culto viviente


Querido Tito, verdadero hijo mío en la fe que ambos compartimos: que Dios Padre, y Cristo Jesús, nuestro Salvador, te concedan gracia y paz.


mientras aguardamos el feliz cumplimiento de lo que estamos esperando: la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.


Santiago, servidor de Dios y de Jesucristo, el Señor, saluda a todos los miembros del pueblo de Dios dispersos por el mundo.


Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos por Dios, que viven como extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.


Claro que así la autenticidad de vuestra fe -de más valor que el oro, que no perece por más que sea acrisolado por el fuego- será motivo de alabanza, de gloria y de honor, cuando se manifieste Jesucristo,


Piedra de gran valor para vosotros los creyentes. En cambio, para los incrédulos: la piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal.


A los que estáis al frente de las comunidades cristianas, yo, como corresponsable, testigo de la pasión de Cristo y partícipe ya de la gloria que ha de revelarse un día en plenitud, os exhorto


Fueron esta gloria y esta fuerza las que nos alcanzaron los preciosos y sublimes dones prometidos. De este modo participáis de la misma condición divina, habiendo huido de la corrupción que las pasiones han introducido en el mundo.


La paz sea contigo. Saludos de parte de los amigos; saluda tú a cada uno de nuestros amigos en particular.


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