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2 Corintios 10:1 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

1 Por la dulzura y la bondad de Cristo os lo pido. Yo, Pablo, tan cobarde cuando estoy entre vosotros y tan valiente por carta.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Ahora yo, Pablo, les ruego con la ternura y bondad de Cristo, aunque me doy cuenta de que piensan que soy tímido en persona y valiente solo cuando escribo desde lejos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Soy yo, Pablo en persona, quien les suplica por la mansedumbre y bondad de Cristo; ¡ese Pablo tan humilde entre ustedes y tan intrépido cuando está lejos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ahora yo, Pablo, os ruego por la mansedumbre y ternura del Mesías; yo, que en persona soy manso y apacible entre vosotros, pero ausente soy osado para con vosotros;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yo mismo, Pablo, os voy a hacer un ruego en nombre de la humildad y la condescendencia de Cristo; yo, tan tímido cuando estoy presente y tan atrevido cuando estoy ausente.

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2 Corintios 10:1
38 Referans Kwoze  

¡Poned mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontraréis descanso para vuestro espíritu,


Decid a Jerusalén, la ciudad de Sión: Mira, tu Rey viene a ti lleno de humildad, montado en un asno, en un pollino, hijo de animal de carga.


El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: Como oveja fue llevado al sacrificio; como cordero que no abre la boca ante el esquilador, tampoco él despegó sus labios.


Pero Isaías se atreve a más todavía: Los que no me buscaban me encontraron; me manifesté a los que no preguntaban por mí.


Por el amor de Dios os lo pido, hermanos: presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Ese ha de ser vuestro auténtico culto.


Me he permitido, sin embargo, escribiros con cierta audacia, tratando de recordaros lo que ya sabéis. Lo hago amparado en el privilegio, que Dios me ha concedido,


Me presenté, pues, a vosotros sin recursos y temblando de miedo;


Así que nosotros somos unos locos a causa de Cristo; vosotros, en cambio , un modelo de sensatez cristiana. Nosotros somos débiles; vosotros, fuertes. Vosotros os lleváis la estima; nosotros, el desprecio.


¿Qué preferís? ¿Qué vaya vara en mano, o con maneras de amor y suavidad?


'Porque sus cartas - dicen algunos - son duras y fuertes, pero cara a cara es un pobre hombre, y como orador, un desastre'.


No me obliguéis a que, cuando me encuentre entre vosotros, tenga que hacerme el valiente - arrestos me sobra para ello - contra esos que me acusan de proceder por motivos puramente humanos.


Sólo valoráis las apariencias. Si alguno se precia de ser cristiano, recapacite, una vez más, que yo lo soy tanto como él.


No sé cómo no me avergüenzo de haberos tratado con tantos miramientos. Pero en lo que otros se atreven a presumir - ya sé que estoy diciendo desatinos - , yo no me quedo atrás.


Aunque, si hay que presumir, mejor sería hacerlo de aquello en que se pone de manifiesto mi debilidad.


Con una esperanza así, ¿quién nos impedirá actuar con plena libertad?


Somos, pues, embajadores de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo, os pedimos que hagáis la paz con Dios.


Colaboradores de Dios como somos, no podemos menos de recomendaros que no dejéis que se pierda su gracia.


Tengo puesta en vosotros toda mi confianza, y es tanto el orgullo que siento por vosotros, que se me ensancha el corazón y reboso de alegría, a pesar de todas mis penalidades.


Fue una enfermedad mía, ya lo sabéis, la ocasión de anunciaros por vez primera el mensaje de salvación.


Yo, Pablo, os lo digo: si os dejáis circuncidar, de nada os servirá ya Cristo.


Por todo lo cual, yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús para bien de cuantos no pertenecéis al pueblo judío ...


Yo, prisionero por amor al Señor, os exhorto a que llevéis una vida en consonancia con el llamamiento que habéis recibido.


Que a todo el mundo llegue la irradiación de vuestra bondad. El Señor está a punto de llegar.


Una cosa, sin embargo, es necesaria: que permanezcáis sólidamente firmes e inconmovibles en la fe y que no traicionéis la esperanza anunciada en el mensaje de salvación. Ese mensaje de salvación que vosotros escuchasteis, que ha sido proclamado a todas las criaturas que se encuentran bajo el cielo, y del que yo Pablo, me he convertido en servidor.


El saludo y despedida es de mi propia mano. Así firmo yo, Pablo, en todas mis cartas; ésta es mi letra.


prefiero dirigirte un ruego inspirado por el amor. Yo, el viejo Pablo, encarcelado ahora por Cristo Jesús,


Queridos hermanos, sois gente de paso en tierra extraña. Por eso os exhorto a que os abstengáis de las desordenadas apetencias humanas que hacen guerra al espíritu.


'Soy el Alfa y la Omega' dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que está para llegar, el dueño de todo.


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