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1 Corintios 9:1 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

1 ¿No soy yo libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Señor? Si vosotros sois cristianos, ¿no es eso el fruto de mis sudores?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¿Acaso no soy tan libre como cualquier otro? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor con mis propios ojos? ¿No es gracias a mi trabajo que ustedes pertenecen al Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¿No soy yo acaso libre? ¿No soy yo un apóstol, y un apóstol, que ha visto a Jesús, nuestro Señor, y no son ustedes mi obra en el Señor?

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¿No soy libre?° ¿No soy un° apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, nuestro Señor? Vosotros mismos, ¿no sois mi obra en el Señor?

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1 Corintios 9:1
37 Referans Kwoze  

Un día de ayuno, mientras celebraban el culto al Señor, dijo el Espíritu Santo:- Apartadme a Bernabé y a Saulo para la tarea que les he encomendado.


Pero, al enterarse, Bernabé y Pablo rasgaron sus vestidos en señal de desaprobación y corrieron hacia la multitud gritando:


Así las cosas, se dividió la población en dos bandos: uno era partidario de los judíos; el otro, de los apóstoles.


Durante la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo. - Ten buen ánimo - le dijo -; has sido mi testigo en Jerusalén, y habrás de serlo también en Roma.


- Tú vete - replicó Ananías -, porque he sido yo quien he elegido a ese hombre para que anuncie mi mensaje a todas las naciones, a sus gobernadores y al pueblo de Israel.


Ananías partió inmediatamente y tan pronto como entró en la casa, tocó con sus manos los ojos de Saulo y le dijo: - Hermano Saulo, Jesús el Señor, el mismo que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.


Se hallaba en ruta hacia Damasco, a punto ya de llegar, cuando de pronto un resplandor celestial le deslumbró.


- ¿Quién eres, Señor? - preguntó Saulo. - Soy Jesús, a quien tú persigues - respondió la voz -.


Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús. Dios me eligió para ser apóstol y me destinó a proclamar su mensaje de salvación,


Por Cristo y para gloria de su nombre, he recibido el don de ser apóstol, a fin de que todas las naciones respondan a la fe.


Me dirijo ahora a vosotros, los que no sois de origen judío. Precisamente porque Dios me ha enviado a vosotros como apóstol, tengo que llevar a cabo con empeño mi tarea,


Pablo, elegido por designio de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes,


Naturalmente, me refiero no a vuestra conciencia, sino a la de quien os ha hecho la indicación. Y ¿por qué - dirás - va a quedar cuartada mi libertad por la conciencia de otro?


Si, cuando participo en un banquete, doy gracias a Dios por ello, ¿qué razón hay para que se me critique por algo que hago dando gracias a Dios?


En cualquier caso, si alguno quiere seguir impugnando esta costumbre, sepa que ni nosotros ni las demás iglesias cristianas conocemos otra.


Yo planté y Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer.


Soy plenamente libre; sin embargo, he querido hacerme esclavo de todos para ganar a todos cuantos pueda.


Sólo valoráis las apariencias. Si alguno se precia de ser cristiano, recapacite, una vez más, que yo lo soy tanto como él.


¡Pues no creo yo valer menos que esos superapóstoles!


Colaboradores de Dios como somos, no podemos menos de recomendaros que no dejéis que se pierda su gracia.


Yo, Pablo, y todos los hermanos que están conmigo, a las Iglesias de Galacia. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo el Señor, os concedan gracia y paz. Soy apóstol no por disposición de una autoridad humana ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que le resucitó.


Cristo nos ha liberado para que disfrutemos de libertad. Manteneos, pues, firmes y no permitáis que os conviertan de nuevo en esclavos.


Como tampoco hemos corrido en busca de glorias humanas, vengan de vosotros o de otros cualesquiera.


De todo ello he sido yo constituido pregonero y apóstol - quiero decir bien alto que no miento -, con el fin de instruir a todas las naciones en la fe y en la verdad.


De ese mensaje soy yo pregonero, apóstol y maestro.


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