Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





1 Corintios 15:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

3 Primero y ante todo, os transmití lo que yo mismo había recibido: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a lo anunciado en las Escrituras;

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 En primer lugar les he transmitido esto, tal como yo mismo lo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras;'

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque primeramente os entregué lo que también recibí: Que el Mesías murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras;

Gade chapit la Kopi




1 Corintios 15:3
38 Referans Kwoze  

Es cierto que el Hijo del hombre tiene que seguir su camino, como dicen de él las Escrituras. Sin embargo, ¡ay de aquel que traiciona al Hijo del hombre! Mejor le sería no haber nacido.


porque esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos para perdón de los pecados.


Jesús les dijo: - Qué lentos sois para comprender y cuánto os cuesta creer lo dicho por los profetas!


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: - Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


Siguiendo su costumbre, Pablo asistió a sus reuniones, y durante tres sábados consecutivos departió con ellos,


Pero Dios cumplía de este modo lo que había anunciado por medio de sus profetas en lo que se refiere a los sufrimientos que el Mesías había de padecer.


El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: Como oveja fue llevado al sacrificio; como cordero que no abre la boca ante el esquilador, tampoco él despegó sus labios.


De la muerte sacrificial de Cristo, Dios ha hecho, para el que cree, instrumento de perdón. Así puso ya de manifiesto su fuerza salvadora cuando pacientemente pasó por alto los pecados cometidos en el pasado.


quien fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para ser nuestra salvación.


Os felicito, porque no hay cosa en la que no me tengáis presente y porque conserváis las tradiciones tal como os las transmití.


Por lo que a mí toca, os he confiado una tradición que yo recibí del Señor; a saber: que Jesús, el Señor, la noche misma en que iba a ser entregado, tomó pan,


Cristo fue del todo inocente; más, por nosotros, Dios le trató como al propio pecado, para que por medio de él experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.


Ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno. Es Jesucristo mismo quien me lo ha revelado.


Jesucristo, que ha entregado su vida por nuestros pecados para liberarnos de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre,


Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la Ley, haciéndose por nosotros maldito. Que no en vano afirma la Escritura: Maldito sea todo el que pende de un madero.


Con la muerte de su Hijo, y en virtud de la inmensa riqueza de su bondad, Dios nos libera y nos concede el perdón de los pecados.


y haced del amor norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio que Dios recibe con agrado.


¿Qué es, en efecto, un sumo sacerdote? Es un hombre escogido entre los demás para representar a los hombres ante Dios, ofreciendo dones y sacrificios por los pecados.


y debe ofrecer sacrificios tanto por los pecados del pueblo como por los suyos propios.


El Espíritu de Cristo, alentando ya en aquellos profetas, les hizo conocer de antemano, lo que Cristo había de sufrir y la gloria que después alcanzarían, y ellos se esforzaron en descifrar a quién se referían y para cuando lo anunciaba el Espíritu.


Cristo subió al madero cargando sobre sí nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, salvados a costa de sus heridas;


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.


Juan a las siete Iglesias de la provincia de Asia: Gracia y paz de parte de Dios, que es, que era y que está para llegar; de parte de los siete espíritu que rodean su trono,


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite