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Zacarías 2:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

1 Alcé la vista, ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando miré de nuevo, vi a un hombre con una cinta de medir en la mano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Tuve otra visión: yo veía cuatro cuernos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Después alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón con un cordel de medir en su mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Después alcé mis ojos y tuve una visión: eran cuatro cuernos.

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Zacarías 2:1
12 Referans Kwoze  

»Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego y forja armas para sus propios fines. Yo también he creado al destructor para que haga estragos.


El cordel para medir se extenderá en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego girará hacia Goa.


El poder de Moab ha desaparecido; ¡su fuerza está abatida! —afirma el Señor—.


Dios me llevó allí, y vi un hombre que parecía hecho de bronce. Estaba de pie junto a la puerta, y en su mano tenía una cuerda de lino y una vara de medir.


Entonces vi un muro que rodeaba el templo por fuera. El hombre tenía en la mano una vara de tres metros, que le servía para medir, y midió el muro, el cual tenía tres metros de ancho por tres metros de alto.


El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos.


Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura.


»Después de esto, en mis visiones nocturnas vi ante mí una cuarta bestia, la cual era extremadamente horrible y poseía una fuerza descomunal. Con sus grandes colmillos de hierro desmenuzaba y devoraba a sus víctimas, para luego pisotear los restos. Tenía diez cuernos, y no se parecía en nada a las otras bestias.


»Por lo tanto, así dice el Señor: “Volveré a compadecerme de Jerusalén. Allí se reconstruirá mi templo, y se extenderá el cordel de medir, afirma el Señor Todopoderoso”.


Alcé la vista, ¡y vi ante mí cuatro cuernos!


Se me dio una caña que servía para medir, y se me ordenó: «Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y calcula cuántos pueden adorar allí.


El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.


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