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Santiago 5:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

9 No os quejéis unos de otros, hermanos, para que no seáis juzgados. ¡El juez ya está a la puerta!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Hermanos, no se quejen unos de otros, o serán juzgados. ¡Pues miren, el Juez ya está a la puerta!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Hermanos: no se peleen unos con otros, y así no serán juzgados; miren que el juez está a la puerta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados.° Mirad, el Juez está a las puertas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser juzgados. Mirad que el juez está ya a la puerta.

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Santiago 5:9
21 Referans Kwoze  

Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero, si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo».


Van de un lado a otro buscando comida, y aúllan si no quedan satisfechos.


Llegó la hora; este es el día. Que no se alegre el que compra ni llore el que vende, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.


»No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.


Igualmente, cuando veáis todas estas cosas, sabed que el tiempo está cerca, a las puertas.


Igualmente, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el tiempo está cerca, a las puertas.


Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y deseaba matarlo. Pero no había logrado hacerlo,


Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos.


Por lo tanto, no juzguéis nada antes de tiempo; esperad hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.


En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».


No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.


Hermanos, no habléis mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y, si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez.


No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?


Hermanos, tomad como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor.


Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia.


Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.


Practicad la hospitalidad entre vosotros sin quejaros.


Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.


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