Santiago 2:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

² Supongamos que en el lugar donde os reunís entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y entra también un pobre desharrapado.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

Biblia Nueva Traducción Viviente

² Por ejemplo, supongamos que alguien llega a su reunión vestido con ropa elegante y joyas costosas y al mismo tiempo entra una persona pobre y con ropa sucia.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Supongamos que entra en su asamblea un hombre muy bien vestido y con un anillo de oro y entra también un pobre con ropas sucias,

La Biblia Textual 3a Edicion

² Porque si en vuestra sinagoga° entra un hombre con anillo de oro, con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con anillo de oro y elegantes vestidos, y que entra también un pobre con ropa andrajosa.

Santiago 2:2 Referans Kwoze

Génesis 27:15

Luego sacó la mejor ropa de su hijo mayor Esaú, la cual tenía en casa, y con ella vistió a su hijo menor Jacob.

Ester 3:10

Entonces el rey se quitó el anillo que llevaba su sello y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag y enemigo de los judíos.

Ester 8:2

El rey se quitó el anillo con su sello, el cual había recuperado de Amán, y se lo obsequió a Mardoqueo. Ester, por su parte, lo designó administrador de las propiedades de Amán.

Isaías 64:6

Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.

Lucas 15:22

Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traed la mejor ropa para vestirlo. Ponedle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies.

Lucas 23:11

Entonces Herodes y sus soldados, con desprecio y burlas, le pusieron un manto lujoso y lo mandaron de vuelta a Pilato.

Santiago 2:3

Si atendéis bien al que lleva ropa elegante y le decís: «Siéntate aquí, en este lugar cómodo», pero al pobre le decís: «Quédate ahí de pie» o «Siéntate en el suelo, a mis pies»,